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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
8
Drama Cyril, un niño de once años, se escapa del hogar de acogida, donde su padre lo dejó después de prometerle que volvería a buscarlo. Lo que Cyril se propone es encontrarlo. Después de llamar en vano a la puerta del apartamento donde vivían, para eludir la persecución del personal del hospicio, se refugia en un gabinete médico y se echa en brazos de una joven sentada en la sala de espera. Así es como, por pura casualidad, conoce a ... [+]
30 de septiembre de 2011
30 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
El amor se da o se recibe, nunca se implora. El niño de la nueva película de los hermanos Dardenne inicia un viaje desesperado por recuperar su bicicleta, aunque realmente lo que está demandando es el amor, el afecto, el cariño, la comprensión de un padre irresponsable. Su carácter es airado, actúa a modo de impulsos y parece retraido: tiene rabia e impotencia, sabe que esta es su última oportunidad de recuperar la normalidad en su vida y no la va a desaprovechar. Y como el amor más bonito es el que nace del desinterés y la empatía, el chico recibe la inesperada ayuda de una joven que hará de madre, maestra y tutora.

No busquen en El niño de la bicicleta una nueva tragedia para ese mosaico de personajes desestructurados que es el cine de los Dardenne. Jérémie Renier, quien interpretara el prototípico joven a la deriva e irresponsable de los directores, es aquí la figura paterna esquiva que da el relevo al joven Thomas Doret, un niño con nervio, un portento, la revelación del año. Después de más de una década hablando de padres e hijos, los seres que habitan el mundo ficticio pero posible de los Dardenne se han revelado. En un tiempo de crisis económica, los sabios belgas han entendido que otro relato de miserias sociales y existenciales no hubiera sido lo más adecuado. Con El niño de la bicicleta, el cine de los Dardenne abraza la esperanza como nunca antes lo había hecho. Para lograrlo, vuelve a recurrir a los planos directos e impudorosos marca de la casa, pero sus imágenes tienen alma y calor. Hablan del amor, sobre todo, de la fidelidad y del perdón, sin moralinas, sin discursos fáciles, sin recurrir a obviedades, sin que el seguidor de los Dardenne detecte la fatiga de un estilo visual que con El silencio de Lorna parecía acabado.

El niño de la bicicleta es un cuento emocionante, lleno de vida; viene a decirnos que no podemos vivir de espaldas a los que sufren, que cada ciudadano es responsable de las diferencias sociales y tensiones que pueblan las calles de una Europa plural y patas arriba, y que todos tenemos el derecho de recibir una seguna oportunidad. Aunque el futuro continúe siendo incierto y los peligros de la marginación social, la delincuencia, la drogadicción y el desempleo sigan acechando, el niño del film ha nacido para luchar. Y por primera vez, puede vencer. Nos quedamos con eso: aunque el mundo se vaya a pique, un final feliz es posible. Un gran mensaje, sorprendente si viene de parte de dos de los más grandes pesimistas, críticos y escépticos del cine europeo. Una gran película.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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