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Voto de Francisco Javier Millan:
7
Romance. Drama. Intriga Verano de 1987. Adele, una mujer recién divorciada, ha perdido la autoestima tras la marcha de su marido. Su hijo Henry, un chico de 13 años, se esfuerza por ser el hombre de la casa y cuidar de su solitaria madre en pleno torbellino de la adolescencia. Un día, conocen en un supermercado a un hombre que les pide que lo alojen en su casa, pero resulta ser un fugitivo en busca y captura. El siguiente fin de semana les marcará para el resto de sus vidas. (FILMAFFINITY) [+]
18 de marzo de 2014
25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
En ocasiones a algunos directores no se les perdona que después de haber llamado la atención con unas pocas películas personales, se embarquen en sus siguientes proyectos en historias mucho más convencionales que discurran por terrenos más cómodos y seguros para la gran audiencia. Claramente a Jason Reitman le ha pasado.
Su nueva propuesta ha sido acogida de una manera bastante tibia en los Estados Unidos y tiene la pinta que ocurra lo mismo en nuestro país.
Reitman nos cuenta una historia de amor un tanto pillada por los pelos y que salvando la incoherencia inicial, nos adentra en un relato defendido por tres estupendos personajes protagonistas. Ella, ama de casa engañada por su marido, retoma su vida envuelta en una gran depresión personal; su hijo, es el niño que está en pleno proceso a la adolescencia, en su despertar sexual y en la comprensión de esa palabra tan menospreciada llamada “amor”; y el convicto, un hombre con pasado oscuro pero de buen corazón.
El drama se sirve prácticamente dentro de un único espacio de acción, salvo en contadas excepciones donde vemos el exterior, por lo que todo el peso tiene que recaer en los hombros de los actores, unos soberbios Josh Brolin y Kate Winslet.
La película en ocasiones parece haber sido sacada de la imaginación del novelista Nicholas Sparks, ya que su forma e incluso contenido puede recordar a alguna de sus últimas adaptaciones al cine.
El paisaje y la atmosfera de un pueblo pequeño de los Estados Unidos es otra de las bazas, además de un sutil homenaje a algunas características del cine de los años 80. La cinta transcurre en 1987, y Reitman en ocasiones parece filmar como se hacía en esa década dorada.
Pasará en silencio y desapercibida injustamente, y terminará olvidándose dentro de la filmografía de su director, pero a buen seguro más de uno saldréis más que satisfechos de verla, e incluso mucho más que de algunos de sus anteriores títulos.
Francisco Javier Millan
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