Apreciable coproducción entre España y Argentina, que relata unos hechos más o menos históricos (los asesinatos y personalidad del asesino sí son reales), pero narradas desde una perspectiva totalmente inventada, que no obstante, y desde el punto de vista estrictamente cinematográfico, le dota de un singular atractivo.
La película tiene un indudable buen trabajo en el plano de la ambientación, con una excelente dirección artística, vestuario y peluquería. Así como la fotografía, que tiende a la difusión y revirado hacia el casi blanco y negro, cuando tienen lugar las visiones del chico.
Esto le otorga una fuerza dramática considerable, lastrado únicamente por algunos momentos que no aportan gran cosa a la trama.