Muy irregular film, dirigida con torpeza por Russel Mulcahy (quien te ha visto y quien te ve).

Partiendo de que no cabe ninguna duda que la película está realizada como vehículo de lucimiento para Kim Basinger (auténtico sex symbol a principios de los 90), es la típica película de robos a bancos hollywoodiense, siguiendo cada uno de sus tópicos pero con muy poca gracia y notándose una desgana absoluta en muchos aspectos: para empezar los actores están casi todos fatal, en especial Val Kilmer, que aunque sí es cierto que su papel es absolutamente infecto, el tampoco hace nada remediarlo. Kim Basinger se esfuerza, pero en vano, aunque se lo perdono porque siempre es un placer verla en pantalla. Terence Stamp, se le salva porque es el típico que actor que con solo mover las cejas ya "mola".

Otro aspecto lamentable es la músical, que lo único que consigue es atronar al espectador con esas canciones que no pegan ni con cola con lo que vemos en pantalla.

Y ya puestos a poner pegas, lo del atraco al banco, epicentro del film, es increíble y falso a más no poder.

Muy olvidable.