Desde hace ya algunos años, el cine australiano viene mostrando buena salud dentro del cine de terror, con una algo escasa, pero destacada producción, que extiende sus tentáculos por todos los palos del género, intentando cubrir los amplios espectros del mismo, con bastante más fortuna de lo que cabría esperar en un universo tan poco favorecido.

A caballo entre el drama familiar y el cine extremo, el director Ben Young construye una prometedora opera prima, a partir de su propio guión original, con la principal cualidad de aportar una mirada curiosa desde la primera escena, con el uso de planos secuencia y de una cámara super lenta, que consiguen hacer participe al espectador, con inusual sobriedad, del macabro juego de sus peculiares protagonistas.

Evelyn y John son una pareja de amantes, que se dedica a secuestrar a chicas jóvenes y encerrarlas en una habitación insonorizada, donde pasan a violarlas y posteriormente asesinarlas. Mientras tanto, buscan de algún modo recuperar a los hijos de Evelyn, cuya custodia le ha sido retirada.

Encerrada entre las cuatro paredes de una casa, que solo por momentos, deja atisbar la belleza luminosa del oeste australiano, este es un film de constante peligro en un solo escenario, donde consigue momentos de gran tensión, apoyado en el buen hacer de su trío protagonista, implicado y creíble en tan complejo ejercicio dramático.

Por contra, cierta ambigüedad en su exposición, donde los perfiles secundarios, y algunos matices en los principales, no quedan del todo bien explicados, provocando confusión en los silencios y en acciones algo indecisas, que en cualquier caso, y pese a restar consistencia, no alteran del todo el resultado final de la obra.

Finalmente, esta buena muestra de cine independiente austral no es una llamada a lo memorable, se encuentra, nunca mejor dicho, en las antípodas de lo selecto, pero su espíritu libre la hace destacar por encima de la mayoría de productos comerciales, lo que ya supone el último factor sobre el que apoyarse para defender su causa.



<Lee esta crítica, y muchas más, en Fusion-Freak.com>