Desapercibida en su momento, "Alguien mueve los hilos" es un muy recomendable film clásico de ciencia-ficción. Basado en una novela de Robert A. Heinlein, el creador de Starship Troopers, "The puppet masters" (título original" nos recuerda a otro gran film como es "La invasión de los ladrones de cuerpos" y al episodio del Star Trek original "Operación:aniquilación" en el que unos parásitos dominan a los seres humanos. Es un ejemplo de la paranoia estadounidense de aquella época con los infiltrados comunistas.

El argumento el filme es lineal y sin tropiezos, se narra una invasión alienígena, su descubrimiento y la lucha contra los mismos hasta el clímax final, ya que está en juego la humanidad. No hay lecturas sobre las intenciones o motivaciones del enemigo, o problemas éticos a la hora de combatirle, es una sencilla película de aventuras, como podría ser un film sobre la erradicación de una enfermedad mortal, en la que prima los cambios de escenarios, diversas situaciones de riesgo, la búsqueda de un arma con la que vencer a tan imbatible enemigo, la heroicidad desesperada del protagonista y la sorpresa final que no debe faltar. Tiene intriga, emoción, tensión, acción y el desarrollo, aunque algo televisivo, es dinámico y capta la atención del espectador, sin momentos para el sopor.

Para el aficionado a la sci-fi clásica, ver este filme es como ver un episodio doble de la "Dimensión desconocida" o de "en los límites de la realidad"; su factura televisiva que no es óbice para resultar interesante y entretenido. Sobresale un Donald Sutherland que encarna al único personaje complejo en su ética y moralidad.

Merecía mejor suerte en taquilla y en su valoración por la crítica.