No soy ningún sabio del cine coreano, ni mucho menos, pero si se que me gusta, que tiene potencial para el futuro, y que no es para nada malo.
Está película no tiene nada que ver con el prototipo de película coreana (oldboy o encontré al diablo, películas con un claro boom final), es una película que avanza a ritmo regular con constantes giros, bien traídos y para nada forzados, que nos llevan a un final que le sienta como anillo al dedo a lo que hemos visto.
Las actuaciones son formidables: el protagonista, no se maraca un mísero monólogo en toda la película, pero sin decir nada sabemos lo que piensa en cada momento. Choi min sik, cumple sobradamente como policía frío, pero que a su vez está mandado por gente de arriba aún más fríos y tampoco puede escapar, precioso este detalle. Los hermanos para mi son las actuaciones más espléndidas de la película. El excéntrico lo borda: tanto la locura como el comportamiento de miedo ante situaciones poco halagüeñas. El otro hermano solo con la sonrisa ya me puede: esa sonrisa amenazante que no sabes si se esta riendo por dentro de verdad o si va a coger una pistola y se los va a cargar a todos en dos segundos.
La banda sonora acompaña perfectamente, pero quizás no es el punto más fuerte de la película y la fotografía es magistral: me encanta la escena del ascensor y los barriles cayendo al mar. Preciosa película.