Haz click aquí para copiar la URL
Estados Unidos Estados Unidos · Perdido
Voto de Mister Stamper:
10
Drama. Romance "Había una vez un joven príncipe cuyo padre, el rey de Oriente, lo envia a Egipto para encontrar una perla. Pero cuando llega, el pueblo le sirve una taza. Al beberla, se olvida de que era el hijo de un rey, se olvida de la perla y cae en un profundo sueño." El padre de Rick (Christian Bale) solía leerle esta historia cuando era un niño. En la actualidad, siendo Rick ya adulto, el camino hacia Oriente se extiende ante él. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2016
78 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
En sus más de cien años, el cine posiblemente haya contado todas las historias posibles. Si el cine no muere es porque hay directores que imprimen su sello personal o, más radicalmente, reinventan el cine. Nos quejamos cuando un guión o un argumento (el común de los mortales no distingue entre ambos términos) es poco original, pero algunos despellejan una película y a su director cuando ésta se sale de ciertos cánones más o menos establecidos, impuestos por las "majors". Esto me recuerda a los airados espectadores de "La Rosa Púrpura del Cairo", desconcertados ante lo que veían en la pantalla.


Vacío. De vacío y de deseos de empezar de cero. De esto va esta película. «How do I begin?», «¿Cómo comienzo?» pregunta en dos ocasiones Rick, el protagonista, y este es el eje de la película. Todo aquel que tenga sangre en las venas ha deseado alguna vez romper con todo y comenzar una nueva vida. Este deseo ha dado al idioma castellano su novela más universal. Un deseo que ha sido representado mil veces en el cine. A él lo dedicaba Gabriele Salvatores en su película "Mediterráneo" (1991), y era la pieza que le faltaba al protagonista de "Un tipo genial" ("Local Hero", 1983).


Y Terrence Malick es el director del vacío. Es sus películas hemos visto huídas que no llevan a ninguna parte, victorias militares que saben a derrota, amores huecos, la desolación de la pérdida de un hijo. Es su sello personal, como lo tienen Orson Welles, David Lean, Alfred Hitchcock, David Lynch, John Huston, Stanley Kubrick, Billy Wilder o Woody Allen. Se dice que Brucker compuso la misma sinfonía nueve veces. Hay directores que se especializan en determinado cine, y Terrence Malick se ha especializado en espacios vacíos.


Lo que vemos es un viaje al espacio exterior del universo interior de Rick, el protagonista. Un espacio vacío del que Rick no sabe cómo salir o, mejor dicho, cómo llenarlo.


"Knight of Cups" sube dos escalones respecto a "To the Wonder". Algunos dicen que la película va sin rumbo. ¿Seguro? Véase el spoiler.


Los elementos de la película son simples: Rick, un escritor (¿guionista?) de éxito en Hollywood. Pero este éxito se mide por los bienes materiales que posee y por las fiestas de la "jet set" a las que acude. Tiene todo lo que uno puede desear, pero no le llena. Un hermano menor, inteligente, pero echado a perder en la escala de valores social. Un padre también metido en el mundo del espectáculo, pero chapado a la antigua y en conflicto con sus hijos (un siempre imponente Brian Dennehy). Y una madre sencilla que sólo quiere que Rick sea feliz y tenga hijos.


Rick trata de resetear, de reiniciar su vida con mujeres(«Parecía que ellas sabían algo. Pero más cercano al misterio», le dice Antonio Banderas). Prueba con prostitutas de distinto "nivel", con una modelo, con una stripper, con una mujer casada. Las lleva a los mismos sitios, (como la playa) a los iba con su esposa (interpretada por Cate Blanchett), esperando que se obre el milagro y pueda repetir su vida de casado para, esta vez, corregir los errores. Pero el milagro no sucede. Rick sigue vacío. Se siente perdido, débil, extraño en un país extraño (en sus obras Albert Camus se quedó corto en comparación). Ni siquiera encontrarse con ladrones armados en su vivienda le altera. No pueden quitarle nada, porque nada tiene: sólo bienes materiales. Y sólo un terremoto puede recordarle que sigue en la Tierra. ¿Cómo volver a la vida? ¿Cómo comenzar de nuevo? Rick vive diferentes maneras de morir.


Con estos elementos cualquiera esperaría una película convencional. Pero Terrence Malick va más allá del cine y propone un viaje al interior del personaje y al interior del espectador. Como sucede con el cine de Tarkovsky, es una película para ver a solas. Durante el rodaje los actores eran, literalmente, "arrojados" a la escena, a ver qué sucedía. Había unas líneas maestras, muchos apuntes, una idea general. Y Malick se limitó a registrar esas escenas casi aleatorias. Dos años duró la postproducción, el ensamblaje de todas las piezas. Los actores confesaron que habían dedicado más tiempo a pulir sus voces en off que a interpretar (imprescindible verla en versión original). El resultado es una película, una experiencia, fascinante.


Terrence Malick propone un viaje interior. Puede que algunos se sientan más cómodos sólo con Michael Bay, la estética de videoclip y el cine de palomitas. Pero el cine no puede sobrevivir si no se reinventa. Y Terrence Malick triunfa donde otros como Lars von Trier se estrellaron.


Repito, fascinante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Mister Stamper
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow