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Voto de antonalva:
8
Documental. Comedia Muchos hijos, un mono y un castillo son los deseos con los que soñó Julita Salmerón desde niña, y los tres se han convertido en realidad. Cuando el menor de sus hijos se entera de que su madre ha perdido la vértebra de su bisabuela asesinada, guardada a lo largo de tres generaciones, la familia emprende una divertida búsqueda entre los más peculiares y extraños objetos que Julita ha ido acumulando a lo largo de sus más de ochenta años. ... [+]
18 de diciembre de 2017
55 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo casi la misma edad que Gustavo Salmerón y, quizás por ello, he conectado con su propuesta: una crónica sobre su madre Julita, sus cinco hermanos, su padre ingeniero, sus vicisitudes y avatares, sus peculiaridades y rarezas, sus idiosincrasias y veleidades, sus pomposas e innumerables manías y sus agudos desplantes verbales. Es el retrato – entre grotesco y jaranero – de toda una generación, fruto del desarrollismo, de las postrimerías del franquismo, incapaz de renunciar a sus contradicciones y deudora de un pasado que ni quiere ni puede borrar u olvidar y cuyas sombras siguen empapando de lágrimas y dolor el recuerdo de algunas personas que asistieron a la masacre fratricida que asoló España en los años treinta y que marcó el despertar, confuso y vacilante, de nuestros perplejos progenitores.

Además no deja de ser significativo que el eje vertebrador del relato lo constituyan unas vértebras perdidas de la madre muerta de la madre superiora protagonista, que ejemplifican los esqueletos insepultos que bullen en casi todas las familias españolas, tanto de forma consciente o inconsciente, con independencia del bando al que pertenecieran. Querer obviar esta realidad es negar la evidencia de los hechos y echa por tierra la tan infausta como parcial “memoria histórica” oficial que pretende proclamar por ley que las víctimas se adscriben siempre a un sólo bando (los vencidos) y sus verdugos pertenecen, por decreto y sin matices, siempre a facción de los vencedores de la guerra civil. Jugar con la historia, reescribiéndola o manipulándola, es desconocer la desdicha lacerante de unos hechos que corroen y socaban la paz de los cementerios. Y el gran acierto de esta obra es que bajo la apariencia de comedia esperpéntica se da voz y cuerpo a la terquedad de unos acontecimientos que merecen ser inhumados (¡qué duda cabe!), pero no con las falacias de un leguleyo, sino con los matices que requiere la compasión.

Por esto este documental sobre una mujer arrolladora – singular, exuberante, paradójica e inclasificable – es también una representación de todas las historias que merecen ser contadas pero que corren el riesgo de perderse. Y lo hace con humor, con ternura, con perspicacia, con humanidad y, sobre todo, con amor. Hablar de nuestra estirpe, de nuestro linaje, de nuestro clan no resulta tan fácil como pudiera parecer. Se requiere una mirada limpia de prejuicios, atenta a los detalles y abierta a los despropósitos… pero recubierta de delicadeza, afecto, suavidad y mimo para no hacernos olvidar que somos la suma de nuestras discordancias, errores y éxitos, que olvidarnos de nuestro pasado es falsear nuestro presente.

Y sobre todo estamos ante una gran comedia, llena de apego y adoración, libérrima y caótica, repleta de vida y pasión, abierta al misterio.
antonalva
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