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España España · Barcelona
Voto de did79:
6
Musical. Fantástico Mary Poppins (Emily Blunt) es la niñera casi perfecta, con unas extraordinarias habilidades mágicas para convertir una tarea rutinaria en una aventura inolvidable y fantástica. Esta nueva secuela, vuelve para ayudar a la siguiente generación de la familia Banks a encontrar la alegría y la magia que faltan en sus vidas después de una trágica pérdida personal. La niñera viene acompañada de su amigo Jack (Lin-Manuel Miranda), un optimista ... [+]
27 de diciembre de 2018
31 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cabe preguntarse el porqué de la realización de una secuela tan tardía, ya que distan casi 60 años del estreno de Mary Poppins. Por un lado podríamos considerar una maniobra puramente comercial made in Disney, experta en aquello de sacar el mayor rendimiento a sus producciones, ya sean mediante secuelas, remakes humanizantes o simplemente interpretaciones personales. O bien, se ha concebido como producto para ofrecer a una nueva generación de espectadores el mismo impacto que ocasionó su antecesora.

El calibrar el impacto de este film en el público infantil de hoy en día se presenta difícil, puesto que uno ha crecido lo suficiente como para que su espíritu haya cambiado y, junto a él, el mundo en general. La inocencia de la que hacía gala la película de Robert Stevenson no la encontramos muy acorde con la generación mas media acostumbrada a productos de calibre, digamos, más osado.

Pero analizándola propiamente, la elección de un director curtido en el terreno del musical moderno no se ofrece anecdótica. Esa apuesta por una representación mucho más teatral, cuyo set podría tratarse perfectamente de un escenario de Broadway, donde la cámara se pasea por él ofreciendo estudiadas coreografías mediante la composición de plano, acerca la película de Rob Marshall más al "Chicago" del propio director, que al original de 1964. En esta todo parece pertenecer a un musical contemporáneo, donde la historia, a diferencia de la anterior, está al servicio de la música, y no a la inversa.

La magia que atesoraba "Mary Poppins", con sus entrañables personajes, ya sean de carne y hueso o dibujados, aquí se presenta fría, que no distante. No existen grandes números destacados, como los que acontecían en el parque con su archiconocido "supercalifracilsticoespialidoso" en la película clásica. La sucesión de números musicales se presenta rápida e inconexa, pero reconozcámoslo, también efectiva (aquél que tiene el baño cómo protagonista), gracias a que Marshall sabe cómo mover la cámara ente sus danzantes personajes.

Otro de los inconvenientes que uno puede encontrarse al visionar la película, es el recuerdo tan arraigado que dejó su otrora protagonista, la entrañable Julie Andrews. Por suerte para el espectador, Emily Blunt consigue brillar con luz propia, construyendo una Mary Poppins con matices más humanos que aportan una nueva dimensión al personaje. La contrapartida pero, la encontramos en Lin-Manuel Miranda, que carece del carisma que sí poseía Dick Van Dyke. Cambiando aquí el oficio de deshollinador por farolero, fracasa estrepitosamente en uno de los números clave del relato, el número musical de los oficios. Es en la comparación entre ambas escenas (la que acontece en las chimeneas de Londres y la escena con los faroleros) dónde "El regreso de Mary Poppins" pierde por goleada. Dónde aquella resultaba emblemática, ésta no deja de ser una más del conjunto.

Correcta en su acabado, bien interpretada, con algunos números y apuntes de interés (el problema pasa de ser de atención familiar a los desahucios y la crisis económica), la película funciona como entretenimiento mayúsculo tremendamente edulcorado y que gana enteros siempre y cuando no se la compare con su magistral antecesora. Atención merecen los diferentes cameos y guiños al clásico que contiene para regocijo del nostálgico.

Lo mejor; Emily Blunt consigue que nos olvidemos (parcialmente) de Julie Andrews.

Lo peor, Es tan irrelevante que uno sale del cine incapaz de tatarear ni recordar una sola canción.
did79
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