La idea de que el alien sea una fémina no es que sea novedosa, ni mucho menos, pero quizá sí lo sea en parte esa apariencia de pibón rubio adoptada por el ser, incluso cuando éste se dedica a matar a algunos de los que se topan con él (lo que por otro lado, demuestra que no iban demasiado sobrados de presupuesto).

Eso está bien y cuenta con un reparto aceptable que muy pocas producciones de este tipo suelen tener, pero su insípido guión y un realizador más pendiente del sexo y la acción que de esa ciencia ficción y ese terror que la historia pedía a gritos, no termina de encajar en la propuesta.

Todo se reduce a la persecución del extraterrestre por parte de un equipo (algo ridículo), los destetes de Natasha y, eso sí, un gore algo inusual que certifica que esto no va dirigido exactamente a todos los públicos. Una de cal y otra de arena; en fin, cosas de los noventa.