Ni necesita el blanco y negro, ni le hace falta ser una obra maestra. Lee Tamahori se vale de los clásicos del género, pero especialmente del "Chinatown" de Polanski y hasta de la inferior, pero interesante secuela del propio Nicholson, "Los dos Jakes". Y la jugada no le ha salido nada mal. Supera a esta última película, dando buena muestra de cine negro, con un buen reparto que en general no decepciona, apariciones especiales (algunas no acreditadas... ¿¿por qué??), y una historia escabrosa con el ambiente militar y el tema de las pruebas nucleares de fondo, simple, pero bastante interesante.

Una vez más, la traducción del título, aunque manteniendo el original y entre paréntesis (¡menos mal!), es desafortunada, pues la historia no gira exactamente sobre la corrupta brigada de policías que se dedica a limpiar ese Los Ángeles de los años cincuenta, sino sobre Max Hoover, el personaje de Nick Nolte, su esposa, y su relación con el asesinato. Sus chicos son muy secundarios en la historia, hasta el punto de desaparecer un tanto (a excepción de uno) hacia el final de la misma, algo a favor de Melanie Griffith, quién lamentablemente es la que me chirría un poco en esta película.

Frenazos en la narración no evitan el disfrute de este buen cine negro moderno.