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Voto de Archilupo:
8
Intriga. Drama En un pequeño pueblo de provincias, cercano a la capital, vive una familia compuesta por tres hermanos: la dominante y severa Ignacia y los tímidos y retraídos Paquita y Venancio. La monotonía de la vida del pueblo sólo se rompe los sábados cuando llega un conjunto musical de Madrid para amenizar con sus canciones el fin de semana. Un sábado de tormenta, Paquita y Venancio, que son muy miedosos, oyen ruidos y van buscando protección a ... [+]
18 de febrero de 2013
23 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El extraño viaje" se mueve con soltura entre varios géneros, y esto es parte de su modernidad.
Los pasajes de terror, en el interior siniestro de la casa, son góticos, de manual: iluminación tenebrosa, sobresaltos de cámara, animales disecados, silencios electrizados, música perturbadora, visajes intimidantes, sustos aparatosos…

Los pasajes costumbristas muestran a un pueblo convertido en coro, agrupado siempre en el bar local, en torno a la iglesia, en el baile semanal, en los corrillos de la plaza, y lo resumen en unos pocos arquetipos: el boticario, la chismosa, el sentencioso, la moza de buen ver, el sorderas…

Los ricos, al borde de la psicopatía y la debilidad mental, son grotescos: esperpénticos también de manual. Perfectamente verosímiles, y al mismo tiempo ridículos.
Sus peripecias inspiran un terror manejable, que se procesa intelectualmente.

Tenemos el hábito cultural de ver al pueblo como depositario de nobles valores: sencillez, rectitud, solidaridad, sabiduría ancestral… Solemos confiar en que, por mal que se pongan las cosas, hará finalmente su aparición redentora.
En su lugar, encontramos una banda de cazurros, cotillas, calumniadores, gregarios, mirones y vagos, capaces de apedrear a unos músicos heridos hasta que toquen.

El verdadero terror, el que se queda, el infeccioso, está en la absoluta falta de nobleza o heroísmo del elemento popular, la hondura pavorosa de su mezquindad, tan sólo pendiente (para bien y para mal) de las curvas de la moza, de controlarse de cerca unos a otros y, sobre todo, del gusto del vino, precisamente.

En esto, Fernán Gómez, como Buñuel (recordemos a los abyectos pordioseros de "Viridiana"), no se casaba con nadie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Archilupo
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