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Voto de Archilupo:
9
Romance. Drama Una familia pasa un domingo a orillas del Sena. Mientras los hombres duermen la siesta, unos jóvenes remeros invitan a la madre y a la hija a dar un paseo en barca; un paseo que se convertirá en algo más que una inocente excursión fluvial. Mediometraje de 40 minutos basado en un relato de Guy de Maupassant, en el que Renoir hace un homenaje a su padre, el pintor impresionista Pierre Auguste Renoir. Sus cuadros son mostrados en el film ... [+]
21 de diciembre de 2008
60 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) Lo habitual es que el cine que parte de un original literario lo desaproveche o se aparte de su sentido. En cualquier caso, que decepcione. Esta excepcional película de Renoir, basada en el relato “Una salida al campo”, de Maupassant, no sólo apura cumplidamente su valioso contenido sino que lo potencia con formidable visión cinematográfica; lo ensancha, ahonda e ilumina.
El relato es puro naturalismo, un texto sensorial, pegado al suelo, sin derivar jamás a lo especulativo. Está tejido con percepciones, deseo y palpitación.
Renoir, vitalizando cada plano, multiplica de tal forma la energía de ese microcosmos del cuento de Maupassant (el merendero campestre a la orilla del río, la excursión de la familia de comerciantes, los remeros seductores) que, aun siendo considerable la capacidad de sugerencia de sus páginas, parece un esquemático y pálido croquis junto al despliegue panteísta y sinfónico de las imágenes.

2) Entre los excursionistas las mujeres, madre e hija, son alegres, vitales; los hombres, el ferretero y su empleado y aspirante a yerno, son atontados, tarugos, groseros. En varios pasajes se comportan como el Gordo y el Flaco.
Comen y beben. Los hombres, beodos, duermen la siesta, tosen e hipan. Las mujeres no. Los remeros, con sus prendas a rayas, ponen en marcha un cortejo técnico. Una de las fugaces parejas, danzarina y riente, es simbolizada por la imitación faunesca, con pagano pífano. La otra, melancólica y tímida, por el extasiante trino del ruiseñor.
El carácter pequeñoburgués de los excursionistas queda escarnecido; la alegría de jugar y vivir, cantada; y la existencia esclavizada por las convenciones sociales, lamentada a fondo en la doliente mirada de la joven Henriette.

3) El sentido visual de Renoir exalta con plasticidad el campo, la juventud, la alegría, el río, el deseo, el amor y el erotismo, el descanso, el oxígeno, el remo y la risa… árboles, bosque, cielo, praderas, galanteo, baile, columpio y goce, todo descrito con luz desbordante, llena de cabrilleos, reflejos, contrastes, una gran profundidad de campo rematada en nubes brillantes, un paisaje de viento en los árboles y lluvia en la superficie del río, todo ello exhalando por las costuras de los fotogramas vida imperecedera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Archilupo
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