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España España · MADRID
Voto de VALDEMAR:
3
Thriller. Drama Antonio, un pistolero de la banda terrorista ETA, días antes de cometer un atentado, conoce a Charo, una drogadicta de dieciocho años que, a pesar del ambiente sórdido en el que ha crecido, conserva todavía la ingenuidad. Él ha dedicado su vida a una causa en la que ya no cree y su malestar crece al sentirse atrapado en un callejón sin salida donde todo es destrucción y muerte. (FILMAFFINITY)
17 de junio de 2009
51 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que ver lo guapetón que está Carmelo en esta peli, sobre todo en esa foto suya que difunde el telediario. Está tan guapetón que más que una foto del archivo policial, parece del book que se hizo cuando le entró la perra de que quería ser actor de culebrones. Como no lo consiguió, amargado el tío, se metió a terrorista. Pero da igual… Con lo imponente que está él, ahí, tetosterónico perdido, y encima tan majete, a mí me da igual lo del terrorismo. Si total, casi ni se le nota. Porque hay que ver, qué tío más culto, cordial, educado, amable, considerado, inteligente, elegante, dicharachero, simpático, qué tío más legal. Qué pedazo de hombre. ¿De verdad los terroristas son así, Sr. Uribe? Pues me entran ganas de gritar un disparate en euskera, pero me voy a contener, que aún estando de coña, tengo mis principios.

También tengo una teoría, no sé si alguien estará de acuerdo, sobre los estragos que la represión sexual vivida en otras épocas no muy lejanas en éste, nuestro país, e imagino que en otros también, ha ejercido sobre ciertos individuos, generalmente masculinos, nacidos en determinada época (pongamos, por ejemplo, antes de los sesenta). Esto engloba a unos cuantos de nuestros cineastas, que sin ningún pudor ponen más empeño en obligar a sus actrices a hacer cosas inverosímiles que en que sus películas tengan un buen guión, por ejemplo. Se me ocurren muchos nombres…
Aquí Uribe se empeña en que Ruth Gabriel se pase la mitad del metraje con tol papo al aire. La expresión, no os creáis, está exquisitamente escogida. Porque se supone que el retrato de una mujer joven semi-desnuda debería de ser sensual y estético, pero no, es cutre. El efecto plástico de este hecho no transciende, el argumental tampoco. Sencillamente, el Sr. Uribe se dio el gustazo de tener a la chavala todo el día por ahí en porreta. Qué bien.

En otro orden de cosas, no quisiera yo olvidarme de lo espantosa que es la banda sonora, parece que la ha hecho un niño con un Casio de aquellos ochenteros. En la escena de sexo, en la que por fín el realizador se curra un poco la estética, nos casca para compensar una musiquilla como de jugar al Pang.

A mí me encanta el cine de Jim Sheridan, ese realizador irlandés que hace magníficas películas sobre el IRA. Me encantaría que un realizador vasco fuese capaz de hacer una pelí digna sobre ETA. Y cuando alguno hace documentales, se los censuran…
VALDEMAR
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