No sé en qué están pensando últimamente los estudios cinematográficos. Cuando uno va a ver una película espera ver precisamente eso: una película. No un previo para ver otro largometraje dentro de un año. Lo digo porque producir un filme con la cabeza ya puesta en la segunda parte, no suele ser nada halagüeño.

Tenemos una historia que, a priori, es un relato de aventuras, suspense, ciencia ficción y acción. Así que uno piensa que al menos se entretendrá. Sin embargo todo va de más a menos. Te plantean la situación inicial, presentan a los personajes, dan una pequeña pincelada de la situación (porque no conocemos ni el contexto, ni la situación política, ni nada de nada) y lo dejan todo para una secuela (ya anunciada para 2015).

Sinceramente, este tipo de abusos me parecen una total tomadura de pelo. Si el libro (por cierto, el señor Wes Ball, la Fox o quien sea lo ha adaptado como le ha venido en gana) no da para una película, entonces agrupa dos libros en un mismo largometraje. Pero, ¿quién va a hacer eso en un mundo en que "El hobbit" da para tres películas?

Cuando veamos la segunda película, veremos si esta primera ha sido una pérdida de tiempo o no. Pero valdría la pena informar a Hollywood de que una peli de cine no es una serie de televisión. No vamos al cine a ver capítulos, ni previos ni tráilers, sino a ver películas enteras, por mucho que después existan continuaciones.

Puedes leer la crítica completa (falta de espacio) aquí:

http://estrenosdecineytelevision.blogspot.com.es/2014/09/critica-de-el-corredor-del-laberinto-de.html