Media votos
5,7
Votos
7.525
Críticas
1.255
Listas
169
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Grandine:
7
7,6
78.192
Thriller. Drama
Nueva York, 1968. Frank Lucas (Denzel Washington) es el taciturno chófer de un importante mafioso negro de Harlem. Cuando su jefe muere inesperadamente, Frank aprovecha la oportunidad para construir su propio imperio. Gracias a su talento, se convierte no sólo en el principal narcotraficante de la ciudad, inundando las calles con productos de mejor calidad y precio, sino también en un hombre público muy respetado. Richie Roberts ... [+]
14 de noviembre de 2007
122 de 177 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frank Lucas era un tipo que se preocupaba por los suyos, que velaba por la seguridad de sus seres más queridos ante todo pero, también, uno de esos tipos que no aceptaba un error... ni de su propio hermano, y así parece que llegó a convertirse en uno de los narcotraficantes de mayor influencia, alguien directo, con las cosas claras y sin muchos remilgos en el momento de hacer su trabajo, sin embargo, también era uno de esos héroes suburbanos, pues no por actuar en beneficio propio y ser distribuidor de una de las mayores adicciones que existen actualmente, dejaba de situarse al lado de toda aquella gente que convivía en el barrio que había habitado, en aquel barrio donde se congregaban todo el gentío que no tenía un status mayor y que siempre agradecían una ayuda, y hacía lo propio. Y puede que ese aspecto no quede demasiado explicitado en "American gangster", pero es uno de los no pocos y geniales detalles de la nueva obra de Ridley Scott.
Situar a Washington tras de ese personaje, no es más que una garantía de que todo funcionará como debe funcionar, porque el papel de una persona con ese ímpetu, ese carácter y esa vehemencia natural no podría caber en otras manos que no fueran las de este brillante actor, uno de los que, con un sólo gesto, con unas pocas palabras, son capaces de arrancarte el mismísimo sentido, porque posee una potencia deslumbrante y un porte único.
Al otro lado, Russell Crowe, dando vida a un tipo mucho menos impulsivo, uno de esos cuya honestidad y principios barren con todo... ante él no hay amigos ni compañeros, si estos cruzan la línea inadecuada.
Y para qué negarlo, el neozelandés en una genial réplica, no necesita a Denzel ante sí para que estemos palpando una actuación de calidad.
Entre todo, Ridley enarbola su relato con una ambientación áspera y turbia en ocasiones que ejerce de perfecto contrapeso al impetuoso retrato de la época, tan funcional como logrado.
La pericia con la que está todo narrado no hace más que añadir un plus de notabilidad a la propuesta, desgranando esa historia sobre policías corruptos, que por el último gramo barrerían con lo que fuera, aunque pusieran en peligro a sus propios compañeros, desvelando sin desechar ni un sólo detalle las idas y venidas de Frank por conseguir arrancar en un mundo donde jamás aceptaría ser el pelele de nadie y sumergiéndolo todo en un halo de perspicacia, gracias a secuencias que, una tras otra, aportan no sólo interés, sino una intencionalidad inmensa.
(Al maldito spoiler)
Situar a Washington tras de ese personaje, no es más que una garantía de que todo funcionará como debe funcionar, porque el papel de una persona con ese ímpetu, ese carácter y esa vehemencia natural no podría caber en otras manos que no fueran las de este brillante actor, uno de los que, con un sólo gesto, con unas pocas palabras, son capaces de arrancarte el mismísimo sentido, porque posee una potencia deslumbrante y un porte único.
Al otro lado, Russell Crowe, dando vida a un tipo mucho menos impulsivo, uno de esos cuya honestidad y principios barren con todo... ante él no hay amigos ni compañeros, si estos cruzan la línea inadecuada.
Y para qué negarlo, el neozelandés en una genial réplica, no necesita a Denzel ante sí para que estemos palpando una actuación de calidad.
Entre todo, Ridley enarbola su relato con una ambientación áspera y turbia en ocasiones que ejerce de perfecto contrapeso al impetuoso retrato de la época, tan funcional como logrado.
La pericia con la que está todo narrado no hace más que añadir un plus de notabilidad a la propuesta, desgranando esa historia sobre policías corruptos, que por el último gramo barrerían con lo que fuera, aunque pusieran en peligro a sus propios compañeros, desvelando sin desechar ni un sólo detalle las idas y venidas de Frank por conseguir arrancar en un mundo donde jamás aceptaría ser el pelele de nadie y sumergiéndolo todo en un halo de perspicacia, gracias a secuencias que, una tras otra, aportan no sólo interés, sino una intencionalidad inmensa.
(Al maldito spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La última fase, y esa desintegración interior que padece Frank debido a todo aquello que le rodea, tipos que sólo quieren ser como él, una rutina que cada vez parece tenerle más atado y mengua su carácter lentamente, no es más que un brillante reflejo de que hasta la mirada más imperturbable, las facciones más duras y el rostro más serio pueden terminar ablandados al paso de los años, debido al desgarro de una vida que nos maneja y nos sostiene como si fuesemos un simple gramo más entre todos los restantes, por únicos que permanezcamos ante nuestros seres más cercanos.