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Voto de Vito Corleone:
9
Drama. Intriga El fiscal de Nueva Orleans Jim Garrison (Costner) reabrió el caso del asesinato del presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy y presentó cargos contra algunas personas. Después de entrevistar a numerosos testigos de Dallas y a personas relacionadas con los hechos, mantuvo la tesis de que el magnicidio fue fruto de una conspiración en la que podrían haber intervenido el FBI, la CIA y el propio vicepresidente Lindon B. Johnson. (FILMAFFINITY) [+]
1 de agosto de 2008
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo no pinta bién la mañana del 22 de noviembre de 1963 en Dallas. La policía encuentra a una mujer en evidente estado de shock, que advierte sobre algo grave que va a pasar aunque nadie sabe que es. Pero pronto se sabrá.

En Nueva Orleans, el fiscal de distrito Jim Garrison asiste consternado a la noticia: han matado a Kennedy. En el bar, los sentimientos son ambiguos; no todos lloran al presidente, algunos incluso se regocijan con la noticia, acusándolo de comunista. A partir de aquí, la crónica es rocambolesca: un asesino solitario, capaz de ejecutar con un viejo fusil 3 disparos en 6 segundos, ex comunista y anticastrista, que es a su vez asesinado por el mafioso Jack Rubi, que acaba siendo asesinado en prisión. El gobierno redacta el informe Warrren, en el cual consta la teoría de un solo asesino, y cierra el caso.

Pero tres años después al fiscal Garrison le asaltan las dudas. Leeyendo el informe Warren, toma consciencia de las incoherencias del mismo (la bala mágica, irregularidades en las declaraciones de los testigos, autopsias apresuradas, una filmación que no ha sido tenida en cuenta) y decide reabrir el caso. Empieza a tomar forma entonces la "Teoría de la conspiración".

Oliver Stone firma con JFK la que será sin duda su obra más polémica. Nada ni nadie escapa a la acusación de ¿quién mató a Kennedy?: CIA, FBI, mafia, empresas armamentistas, cubanos anticastristas enfadados con Kennedy por abandonarlos en la Bahía de los Cochinos, militares y hasta el propia vicepresidente que asumiría la presidencia, Lindon Johnson. Así, durante más de tres horas asistimos a acusaciones, pruebas, testimonios, testigos que desaparecen, la película "Zapruder" (vista por primera vez en este filme), nombres, fotos trucadas, documentales de guerra (Vietnam, Cuba) y una increíble biografía de Lee Harvey Oswald, el supuesto asesino.

Todo esto es expuesto de forma apresurada, como si a pesar de la duración de la película no hubiera tiempo de presentarlo todo. Este tipo de narración a veces confunde, cuesta digerirla, pero esto no le resta mérito. Al contrario, la complejidad del tema hace que resulte más creíble la aportación del director que la versión oficial. ¿Cómo es posible que se hayan pasado por alto tantas cosas? A Oliver Stone no le preocupa que nosotros sepamos quien fue el asesino, sino que veamos lo inverosímil de las conclusiones del gobierno.

Correcto reparto multiestelar, con un Kevin Costner muy implicado en su personaje (posteriormente produciría otra película sobre JFK). En la parte del juicio realmente conmueve. Un Joe Pesci super paranóico, un Tommy Lee Jones irreconocible, un Gary Oldman en un papel bastante complejo y varios "cameos". Pero el mejor sin dudas, es el personaje de Donald Sutherland, guardado para el final...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vito Corleone
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