Una enorme decepción, eso es lo que es esta película. Tras leerme con entusiasmo la novela en la que está basada la cinta, tenía bastantes ganas de verla, ya que la historia del libro me pareció fascinante y muy bien ambientada en una época que a mi particularmente me encanta: la llamada tardo-antigüedad, o lo que es lo mismo, los últimos días del Imperio Romano.
Se podía haber logrado un filme de aventuras y de épica excelente, pero volvieron a meter la pata, como siempre. Como adaptación deja mucho que desear, pues ciertos acontecimientos que aparecen en la película son diferentes a los de la novela, y otros es que ya ni aparecen (es decir, los guionistas, que se lo sacan de la manga).
El reparto parece ser que tampoco ha sido muy bien escogido (ni Ben Kingsley se salva), pues ningún personaje tiene algo de carisma, ninguno, al contrario que en el libro.
Los efectos especiales y decorados no están bien, los efectos cantan por solea y los decorados cantan a cartón piedra que tira para atrás.
Y bueno, por poner un punto a su favor, al menos la cinta es entretenida y tiene una bonita fotografía, pero como ya digo, sus numerosos defectos me impiden aprobarla, una película que podría haber sido mucho mejor, pero que sin embargo un desastroso guión adaptado, reparto y técnica, han terminado matándola. Una pena, porque la novela era fabulosa.