Thriller siniestro en el que un padre de familia encomiable que escucha ruidos y se enfrenta al mal.

En general, decente, pero con algunos momentos polémicos.

Si estamos escribiendo una persecución, lo que no puede ser es que haya un señor escapando en un ascensor del piso 20 al sótano, y de nuestra pareja de detectives, uno pille el otro ascensor, y el otro baje por la escalera. Ya vamos mal. Y claro, el compañero baja, y a eso del piso 10 más o menos se topa con dos ñapas bajando un piano por la escalera y se queda el hombre ahi paraíllo mientras que maniobran, lo justo para dejar solo a su compañero luchando contra el demoño. Eso no puede ser. A estas alturas deberían de prevenir de esas situaciones en la academia.

Luego está el tema de un combinar los exorcismos con los interrogatorios policiales. Que es una idea, no te digo yo que no. Pero no me convence demasiado. Y además, puede darles ideas poco recomendables a los Mossos.

Lo bueno es que nos enseña el lado más amable de los Jesuitas: fuman, beben y hacen flexiones en su casa. Recordemos que el Papa pertenece a esta orden y que también ha hecho algún que otro exorcismo últimamente.