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España España · A Coruña
Voto de PhantomWave:
7
Acción. Thriller Año 1989, el muro de Berlín está a punto de caer. Un agente del MI6 encubierto aparece muerto y la espía Lorraine Broughton (Charlize Theron) debe encontrar por todos los medios una lista que el agente estaba intentando hacer llegar a Occidente, y en la que figuran los nombres de todos los agentes encubiertos que trabajan en Berlín oriental. Lorraine no se detendrá ante nada para conseguir dar con esa lista, enfrentándose a varios ... [+]
5 de enero de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1989 el muro de Berlín es derribado, dando fin al período de guerra fría. Pero esta película no va de eso.

Con esta declaración de intenciones arranca Atomic Blonde, una de las más eléctricas películas de acción que he visto en mucho tiempo. La cinta deja claro desde el principio que su objetivo no es recrear lo acontecido en los últimos años de la guerra fría, sino aprovecharse descaradamente de todas las posibilidades visuales, musicales y narrativas que ofrece esta época para crear acción. El resultado es una experiencia cinematográfica brutal, si bien un poco fría, que antepone lo estético a todo lo demás, incluido el sentido común.

Basada en la novela gráfica The Coldest City, Atómica nos transporta a finales de los 80, a una Berlín todavía dividida por el muro. Lorraine Broughton (Charlize Theron) es una agente del MI6 que regresa a Londres después de llevar a cabo una difícil misión en la ciudad alemana. Poco después de su llegada a la capital británica es citada a un interrogatorio, en el que sus superiores tratarán de discernir si la actuación de su agente ha sido la correcta. Comienza así un relato traicionero, lleno de agentes dobles, lealtades cuestionables y luces de neon, una película que rinde homenaje tanto a los filmes de espías de la segunda mitad del siglo XX, como a cintas de acción más recientes.

Quizás el error más terrible que se comete en Atomic Blonde es el de contar una historia más compleja de lo necesario. El guion, extremadamente enrevesado y difícil de seguir, está tan centrado en evocar las intrigas propias del cine de espías, que acaba generando una desconexión entre espectador y ficción que puede resultar insalvable. Esta no es una complejidad positiva, sino que resulta confusa y vacía de significado, sirviendo únicamente para distraernos del principal atractivo del filme: el espectáculo audiovisual que ofrecen sus escenas.

Contando con muchos de los artífices de la aclamada (y mucho más sencilla a nivel narrativo) John Wick, la nueva película de David Leitch brilla en sus aspectos más “técnicos”. La fotografía, puesta en escena, vestuario, sonido, montaje, realización… todos encuentran un hueco para destacar, y logran aportar la vivacidad y el corazón de los que carece la historia. La magia está ahí, solo que se encuentra escondida tras una espesa capa narrativa que hace que la película resulte distante y cueste interesarse por lo que le sucede a los personajes.

Mi consejo para disfrutar de esa magia es desconectar el lado racional de nuestro cerebro, ese que quiere buscarle el sentido a las conversaciones, que quiere seguir el hilo de la narración y saber por qué ese personaje ha hecho esto o lo otro. Hay que aceptar que la película se está regodeando de sus referentes cinematográficos, pasándoselo bien dentro de su impenetrable confusión, tú lo que tienes que hacer es concentrarte en hacerte las preguntas que de verdad importan: ¿en qué otra película he visto yo esa escena? ¿Cómo habrán rodado eso? ¿Eso que suena es New Order? ¿Han cortado ya o esto sigue siendo un plano secuencia?

P.D.: Charlize Theron es impresionante.

Para más críticas y contenido cinematográfico, visítanos en faunacinefila.wordpress.com ;)
PhantomWave
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