Supuesta comedia sin un ápice de gracia, ni en el guión ni en las situaciones ni en las interpretaciones ni en el estilo ni en el ritmo ni en los apartados técnicos. Además, para salvar la falta de capacidades narrativas, hace un abuso extenuante de la voz en off.
El tono cómico es tan ingenuo que llega al infantilismo, y se hace tan infantil que llega a la estupidez: resultan increíbles los comportamientos de unos personajes adultos que están tan tontamente alejados de la realidad que rozan involuntariamente el surrealismo.
Para colmo, la película al final juega al metalenguaje insinuando que lo que acabamos de ver corresponde a la película que han rodado los personajes. Anda ya, hombre...

No entiendo cómo Jeff Bridges, uno de mis actores favoritos (recomiendo "Corazón rebelde", "El gran lebowski", "Los fabulosos Baker boys", "Tucker, un hombre y su sueño"), pudo embarcarse en este bodrio amorfo, el beneficio económico no le puede compensar la vergüenza de tener esta desgracia en su filmografía.