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Voto de Termitone:
1
Comedia. Fantástico. Romance Nueva versión en clave de comedia del cuento de Blancanieves, esta vez narrado desde el punto de vista de la malvada madrastra. Siete valerosos y rebeldes enanitos ayudarán a Blancanieves a reclamar sus derechos al trono que le pertenece por nacimiento y a conquistar al Príncipe con el que pretende casarse la temible Reina. (FILMAFFINITY)
26 de marzo de 2012
70 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta que se reinventen los clásicos. Me parece estupendo cuando se moderniza una ópera, se reescribe un concierto o se revisa un libro famoso. Pero hay unos mínimos que cumplir, el primero, que la nueva obra aporte algo más a la tradicional, y el segundo, que no la ridiculice. Desde el principio el guion yerra, pues no da con el tono que quiere, o sencillamente no tiene ninguno. Porque si desde la primera secuencia se hubiera decantado por una versión humorística, mejor le hubiera ido. Pero aquí los guionistas (Melisa Wallack, Jason Keller) se hacen de la picha un lío y mezclan sin ton ni son humor y drama, produciendo el efecto típico de una empanada. Una empanada donde tenemos buenos decorados (por ordenador, pero buenos), mucho colorido, vestuario destacable, diálogos que dan pena y, al final, como guinda salada (porque todo en la película es así de caótico), un numerito bollywood con una Blancanieves fuera de todo el tono que ha llevado a lo largo de la película al que asiste un príncipe tontolhaba que mira a su enamorada rígido como un palo (podía haber hecho que bailaba, ¡cáchis!, ¿para qué existen los dobles?

Esta película de Tarsem Singh se carga el clásico de los Hermanos Grimm por todos los lados. Ni es para niños, ni es para mayores. Si yo fuera un niño o niña y conociera el cuento clásico, creo que lloraría viendo al príncipe hacer el ridículo más espantoso. Lo de Blancanieves convertida en ninja pase, pero lo de un príncipe –guapo donde los haya, por cierto, Armie Hammer- que va de payaso tonto, al que le llueven los tartazos, es para indignarse. Pero lo más triste, lo más patético y lo que más vergüenza ajena me hizo pasar fue lo de la pobre Julia Roberts. Creo que no se merece, todavía, hacer este tipo de papeles (claro que en el cine made in Hollywood la Roberts ya es una carroza…).
Termitone
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