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España España · Sevilla
Voto de Talibán:
8
Drama La familia Kohayagawa se prepara para casar a la joven Noriko, la hija pequeña, mientras que su hermana Akiko, viuda y con dos hijos, recibe una propuesta de matrimonio de un hombre con una buena posición económica. El viejo patriarca Banpei se comporta, sin embargo, de forma curiosa: decide ir a visitar a su antigua amante, Tsune, actitud que su hija Fumiko le reprocha. El viudo Banpei sufre un repentino ataque pero recobra la salud y ... [+]
12 de diciembre de 2009
66 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un par de años el último de mis amigos solteros escogió el mes de abril para casarse. Hizo un día espantoso, el mayor temporal de lluvia que se recuerda. La cola de la novia se volvió negra, las fotos de la ceremonia tuvieron que retocarse para, por lo menos, eliminar el aire cómico que tenían. No obstante, la celebración fue memorable: fuera aún se oían el viento y la lluvia mientras dentro los amigos que nos veíamos tan poco acabamos bailando, en un húmedo abrazo de fraternidad, una canción de Camilo Sesto que convertimos en himno. Sonaba a despedida y estuve a punto de llorar. Por suerte, me aguanté.

Justo una semana después, el hermano menor del novio murió en accidente y todos los que estuvimos en su boda nos volvimos a ver en el entierro. Hizo un día maravilloso, un día de abril sin nubes y con apenas un soplo de brisa. Caminando por la avenida central del cementerio de San Fernando de Sevilla, uno de los lugares más hermosos del mundo, sólo pude pensar que aquel momento tan íntimo que compartí con mis viejos amigos nunca podría cristalizar en mi memoria como merecía, puesto que iría ligado necesariamente a este otro, tan doloroso. Estuve a punto de llorar. Por desgracia, me contuve.

No hay nada que pueda consolar del dolor, nada. Sin embargo, existe el arte, y algún sentido hay que encontrarle, aunque en el fondo sea una especie de engaño para espíritus que se creen superiores. Ya me entienden.

Ver una película de Ozu es como caminar por el cementerio de San Fernando el día más bello de la creación tras un cortejo fúnebre. Comprobar que si la muerte es impasible, la vida la sigue inmutable, en un tranquilo paseo, respirando la brisa que se renueva incesantemente.

En las obras de Ozu, que en realidad son una sola película que jamás termina, ningún plano se queda sin su contraplano.
Talibán
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