Resulta que el señor Paul Thomas Anderson es un pedazo director, creador de grandes películas como "Magnolia" o "Pozos de ambición", con las cuales disfruté mucho, tanto por la originalidad como por la fuerza narrativa de ambas.

Con "Punch-drunk love" estamos ante una historia singular, eso es innegable, y tengo en cuenta la osadía del director a la hora de abordar una historia romántica como ésta desde un prisma completamente distinto, lo que demuestra personalidad. Pero le sale mal, al bueno de Thomas se le ha escapado el factor entretenimiento. Sí, aburre, la película aburre un montón.

El caso es que durante los primeros diez minutos se nos presenta a un tipo harto peculiar y, en cierto modo, la historia engancha. El tiempo pasa y según avanza la trama nuestro interés va diluyéndose progresivamente para acabar resultando todo un logro llegar a ver los créditos finales sin pulsar el botón de stop.

Por último, remarcar la interpretación de Adam Sandler, yo creo que a este chico se le podría sacar más partido en papeles dramáticos.