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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Comedia. Drama Después de que la ultrasofisticada pareja formada por Bob y Carol decidiera asistir a una aislada terapia de grupo, sus opiniones en torno al sexo cambiarán de forma radical, para escándalo de sus amigos Ted y Alice. (FILMAFFINITY)
3 de abril de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, es cierto, vivimos en una sociedad en la que abunda la hipocresía, la deslealtad, el disimulo… Y tenemos relaciones de pareja entre las que se posa de comportamientos intachables cuando, en el fondo, se está deseando hacer (o ya se hace) lo que a otros se prohíbe. Se alaba y se exige la fidelidad, y los que más de esto reclaman son los que tienen más rabo de paja. Se habla de amor y lo que se siente, en la mayoría de los casos, no es otra cosa que deseo.

Carol y Bob Sanders se han dado cuenta de que, también en su relación de pareja, suceden cosas como éstas y entonces se han inscrito en un curso intensivo de entendimiento del amor y la libertad sexual… y han salido ¡tan bien instruidos! que pronto ya no habrá secretos entre ellos y mucho menos pretensión alguna de seguir con el cuento de la fidelidad. Lo que veremos a continuación, dio mucho de qué hablar en su momento -años 60’s- y obedecía a la libertad sexual que, con el mayo del ’68, la abolición de la muy rancia censura cinematográfica y la expansión del compartir que circuló por casi todo el orbe, nos puso a fantasear… y a hacer realidad algunas de estas fantasías.

Pero han avanzado a tal punto las libertades sexuales, que ahora “BOB & CAROL & TED & ALICE” luce tan casto como un rosario con la madre Sofronia. Aquí apenas se sugiere, se pretende pero no se llega, se insinúa pero no se muestra… y al filme hay que ubicarlo ahora en su momento histórico para poder entender las sugerentes intenciones a las que apuntaba el, desde entonces, director Paul Mazursky.

No obstante, ubicados en su punto, el cuento de las dos parejas de amigos: La una en busca de experiencia y libertad, y la otra asfixiada por las convenciones sociales, pero a la “espera” de que alguien les dé un empujoncito para tomar vuelo, resulta bastante entretenido, sobre todo porque, entre los protagonistas, Natalie Wood se faja una desenvoltura que sorprenderá a muchos y Elliot Gould es el típico maridito que, con sus salidas desentonadas, nos hará sonreír inevitablemente.

Robert Culp como Bob y Dyan Cannon como Alice, son las parejas que saldrán sorprendidas con la apertura que, súbitamente, descubren en sus consortes… al tiempo que también la descubren en ellos mismos. Habrá, pues, sorpresas, amagues de creciente, salidas del cauce… pero ¿la sociedad convencional seguirá su curso o los cuatro amigos serán capaces de matricularse en la difícil experiencia de la sexualidad grupal?

Tras esta opera prima, el director y guionista Paul Mazursky, seguiría hurgando en la sexualidad humana y otros filmes se avendrían para seguirnos diciendo, como Emanuelle Arsan, que “el erotismo no es un culto sino la victoria de la razón sobre el mito, no es un producto decadente, sino, por el contrario, síntoma de progreso… un instrumento de salubridad mental y social”.
Luis Guillermo Cardona
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