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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama. Romance Después de comprometerse con una chica retraída y bella, el dependiente de una ferretería es presa de la avaricia. Empieza a pensar que su patrón, que no tiene familiares, puede morir en cualquier momento y que, en ese caso, él heredaría el negocio. (FILMAFFINITY)
12 de junio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo tiene un apellido, Fernández, y no sabremos su nombre para no ofender a nadie. Fernández, trabaja como dependiente desde que era un niño, ¡hace ya 25 años!, en la ferretería de don Vila, un anciano cuyo estado de salud cambia como el clima de ahora en mi país: ¡sorpresivamente!… y Fernández -la única compañía con la que cuenta el anciano-, no ve la hora de que éste muera para quedarse con la ferretería como él lo ha prometido. Convencido, tras alguna recaída, de que los días de, don Vila, están contados, Fernández tiene por fin el ánimo necesario para buscar acercarse a la vecina que lo trae de cabeza y con la que anhela vivir en la ferretería ‘de su propiedad’ … y así comienza esta singular historia de amor, mezcla de drama y de humor negro a partes iguales.

De amor... hay bien poco, pero, sí hay bastantes deseos de liberación por parte de la señorita Plasini, también sin nombre porque, casi reservada a las sombras, ha perdido su identidad… y en lo que respecta a Fernández, fácil es presentir que necesita quien lo atienda cuando ya sea propietario y administrador-dependiente.

Antes de realizar esta película, los planes de, Leonardo Favio, como realizador, estaban centrados en el proyecto de “Juan Moreira”; pero, los altos costos que éste reclamaba, lo llevaron a posponerlo… y fue, entonces, cuando su gran amigo, el productor y director, Leopoldo Torre Nilsson, al que le enseñó uno de sus cuentos, aceptó financiarle el rodaje si lo convertía a guion. De esta tarea se ocupó, una vez más, su hermano mayor, Jorge Zuhair Jury, quien, como Favio, conocía a la perfección aquella sociedad de rasgos medievales, conservadora y oscura, a la que ellos cuestionaban permanentemente. “Lo primitivo de Luján de Cuyo (Mendoza, Argentina) nos acicateó la necesidad de burlarnos y de ser herejes -contaba Zuhair a Radar 17-03-13- Así nace, <<EL DEPENDIENTE>>, en el que la mediocridad es de una exacerbación casi rayana en el rococó”.

La labor fotográfica, de la cual se encargó, Aníbal Di Salvo -cámara en mano-, es impecable y altamente creativa, logrando unos efectos psicológicos, pesadillescos y casi surreales, de primera línea; y la escena de cierre, con ese plano-secuencia desde el momento en que, la señorita Plasini, pide a su esposo que sirva los alimentos, es de antología. Otra escena memorable, tanto por su significado como por su planeación, es la del viaje hacia el funeral, cuando la liberadora muerte abre por fin el dique largo tiempo cerrado entre el señor Fernández y la señorita Plasini… que funciona también como una suerte de presagio. ¿A dónde va “el amor”?

Total acierto en el título del filme, pues, el término dependiente funciona en todas sus acepciones: Fernández atiende a los clientes de la ferretería; depende del señor Vila para sostenerse; es dependiente de las decisiones y atenciones de las mujeres Plasini (a las que jamás lleva un confite)… y depende de lo que suceda para poder ser alguien. Por eso, cuando por fin entiende que siempre le ha echado el perejil a la sopa, es cuando se da cuenta quién ha sido en esta vida.

Las actuaciones de, Walter Vidarte, Graciela Borges, Nora Cullen y Fernando “Tacholas” Iglesias, son ¡de película!

<<EL DEPENDIENTE>>, es uno de los títulos imprescindibles de Leonardo Favio.
Luis Guillermo Cardona
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