John Guillermin, todo un especialista en el género de acción y aventura , desde dirigir la notable cinta de catástrofes “ El Coloso en Llamas” (The Towering Inferno, 1973) a un ambicioso remake de King Kong en 1976 con unos jovencísimos Jeff Bridges y Jessica Lange, relevó a Gordon Parks, creador de las dos primeras películas sobre el detective de color John Shaft todi un ícono de la “blaxpotation” que hizo furor en los años setenta.

En ésta tercera película la trama estáplanteada más como una trepidante cinta de agentes secretos antes que un thriller callejero a lo “neo noir” en que las calles de Harlem se convertían en reino indiscutible de varias bandas de crimen organizado y que contaban con el apoyo o el fastidio de tan emblemático detective de policía interpretado por Richard Roundtree.

Shaft se implica de lleno en una investigación que le llevará al Continente Negro e infiltrarse en una red de tráfico de personas dirigido por un hombre de negocios (interpretado por el actor británico Frank Finlay) sin miramentos por los Derechos Humanos.

Singular y diferente a las dos primeras películas, aquí Shaft se mete de lleno en la aventura que le repercute cumplir con una misión, dicho sea otra vez, más propia de un agente secreto que de un genuino detective de Harlem.