Podéis decir lo que queráis, podéis llamarla comediucha descafeinada aderezada con algo de humor y música pegadiza. Podéis frivolizar vuestro "pasar por la vida" dejando de creer en aquello en lo que creías hace 18 años, porque ahora de mayor el amor no existe y esas historias jamás pasan. Podéis llamarla cursi, con personajes caricaturizados, vagos y pobres...

No importa, porque seguro que cuando reponen por enésima vez en la tele "Ghost", seréis de los que la dejen puesta "porque no había nada mejor" y la veréis una y otra vez como el gran común de los mortales.

Está claro que el Sr. Zucker no quiso hacer un estudio filosófico de las etapas de hombre en su caminar, hablando de vida, muerte, purgatorio y existencia. Quiso hacer una película que todos hemos disfrutado más de una vez, predecible, con sus gracias, sus fallos, su amor y todo el cariño del mundo.

Si, lo digo en voz alta, me gusta “Ghost” siempre me ha gustado, me sé los diálo-gos casi de memoria, y cada vez que la veo sigo llorando en el final, ¿hay algo de malo?, pues claro que no.

Hay un cine para cada momento, para cada situación y para cada sentimiento, y “Ghost” es una buena peli para muchas circunstancias, no es una obra maestra ¿pero cuántas obras maestras hay?. El problema es que cuando una película se tiñe un poco de “rosa” hay que demonizarla por ñoña y cursi… pues no señor. ¡Quien esté conmigo que vote SI!