Quien haya seguido la carrera de Nick Cassavetes como director, debe estar con la boca abierta ante este infumable bodrio de rubias cornudas que, para cruz del espectador, se hacen amigas del alma.

Esta catastrófica reunión nos condena a ver a Cameron Diaz repitiendo por enésima vez su habitual rol de chica-dura-pero-maja y a una desatada Leslie Mann con sus típicos discursos verborreicos que tuvieron gracia alguna vez, pero que empiezo a sospechar que son el único recurso cómico de esta cargante actriz. Ambas estrellas ser reparten el supuesto pastel (de cacota) mientras la joven modelo Kate Upton aprovecha como puede sus minutos de gloria aportando poco más que inexpresiva candidez y enormes tetas.

Para reírte con alguno de los sosos gags que trufan este aburrido pastiche tragicómico, habría que lucir un grado de motivación tan extremo que sólo se entiende con sobornos de por medio. Por más entusiasmo que le pongas a la cosa, no hay donde rascar. Todo mil veces visto, a destiempo y forzadísimo, como cuando las chicas se emborrachan para que Leslie Mann vuelva (otra vez) a tener una excusa para calzar otra cháchara hipomaníaca de las que te hacen envidiar la mítica sordera selectiva de tu fallecido abuelo.

Por rescatar algo, el especial del Hola de las casazas de las protagonistas y la playas de las Bahamas, son muy vistosos.

Y ya.