FA
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Voto de Neathara:
5
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Romance. Drama. Aventuras
Año 1936, Malasia. La bella joven Selima (Jessica Alba) es, a la vez, concubina y profesora de idiomas de un joven inglés (Hugh Dancy). Cuando su pasión se convierte en un amor prohibido, los amantes se ven obligados a separarse, acusados de faltar al deber y a la tradición. Un año después, el joven vuelve con su esposa, pero el fuego de la pasión se reaviva y afloran entre ellos secretos tan oscuros como la selva que los esconde. (FILMAFFINITY) [+]
14 de agosto de 2010
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joven bisoño llega a paraje exótico donde una hermosa nativa le abrirá los ojos sobre su cultura mientras se enamoran ante la oposición de amigos, vecinos y parientes ¿les suena?.
La historia resulta tan demodé como la ambientación colonial y los falsos nativos malayos y aunque todo parece demasiado light y superficial, no se puede negar que una de aventuras y amor tan a la antigua usanza tiene su encanto en pleno inicio de milenio.
Chico guapo (Hugh Dancy), chica preciosa (Jessica Alba), secundarios de auténtico lujo (Hoskins, Blethyn, Taylor y Mortimer), malayos entrañables, el malvado hombre blanco, humor, anacronismos, localismo complaciente, buenos, villanos, algo de tragedia, un poco más de caricatura y amoríos selváticos e imposibles, todo aliñado según fórmula, pero como fórmula, no es de las peores. Y como ya apenas se hacen como éstas, lo rancio por desacostumbrado toma un cierto sabor a nuevo.
Notablemente digerible, pero nunca antes de la sobremesa.
La historia resulta tan demodé como la ambientación colonial y los falsos nativos malayos y aunque todo parece demasiado light y superficial, no se puede negar que una de aventuras y amor tan a la antigua usanza tiene su encanto en pleno inicio de milenio.
Chico guapo (Hugh Dancy), chica preciosa (Jessica Alba), secundarios de auténtico lujo (Hoskins, Blethyn, Taylor y Mortimer), malayos entrañables, el malvado hombre blanco, humor, anacronismos, localismo complaciente, buenos, villanos, algo de tragedia, un poco más de caricatura y amoríos selváticos e imposibles, todo aliñado según fórmula, pero como fórmula, no es de las peores. Y como ya apenas se hacen como éstas, lo rancio por desacostumbrado toma un cierto sabor a nuevo.
Notablemente digerible, pero nunca antes de la sobremesa.