Reconozco que lo que me atrajo a ver ésta película es la presencia de uno de los protagonistas de la serie SUBURRA, Alessandro Borghi. Que vuelvo a insistir, éste chaval es una estrella a tener muy en cuenta. Su actuación es memorable, vamos, lo que mantiene la trama.

En mi propia piel nos trae la historia real de Stefano G. quien después de una vida un poco gamberra con drogas de por medio, pero que ha ido modificando su conducta y ahora lleva un cargo importante dentro de la empresa de su padre y practica boxeo. Una noche sale a dar una vuelta con un colega y la policía en un control lo para, le encuentran algo de droga y lo apresan. Todo esto da pie a una noche larga, donde la brutalidad policial toma el protagonismo principal a todas luces. A raíz de aquí es donde comienza la denuncia social que nos quiere transmitir el director con todo este tema.

Un chaval que es apresado pasa a ser una víctima del sistema, sin tener que recurrir a eso por culpa suya.

El relato es lento, muy lento y parece que no conduce a ningún sitio por lo poco que dura el film, pero el final será digno de al menos concienciar a la sociedad de lo que ocurrió.