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Voto de manolo:
10
1974
John Elliot (Creador), David Cunliffe ...
Serie de TV. Drama
Miniserie de TV (13 episodios) sobre eventos históricos ocurridos entre 1848 y 1918, tales como la dinastía de los Habsburgo en Austria-Hungría, los Hohenzollern en Alemania o los Romanov en Rusia.
5 de mayo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo que impresiona en la Caída de las Águilas es la cabecera de cada capítulo: sendas águilas bicéfalas, la austrohúngara y la rusa, enmarcadas con un movimiento grandioso del águila imperial prusiana, todas ellas repujadas en oro resplandeciente, avanzan desde el fondo hacia el primer plano, bajo los acordes musicales del primer movimiento de la 5ª Sinfonía de Gustav Mahler.
Los que ya no somos tan jóvenes, tuvimos la suerte de seguirla en la programación que a finales de 1981 hizo Televisión Española en la dos. Aunque la BBC dedicó todos sus esfuerzos en la remasterización digital de muchas series históricas, también presentadas en España, como es el caso de las Seis Esposas de Enrique VIII y Elizabeth R, en versión castellana, no sucedió lo mismo con la que ahora nos ocupa en lo referente al idioma.
La caída de las Águilas, si bien se puede adquirir en DVD, sigue totalmente en inglés (una lástima). Algo parecido ocurrió con la excelente Eduardo VII, patrocinada por la ATV, que también fue emitida por Televisión Española a mediados de 1979.
Goza de una esmerada producción en la que no se han escatimado medios personales en dirección, guionistas y actores. La caracterización de actores se ha cuidado al máximo detalle, basta decir que para un mismo personaje, que por su longevidad histórica real, hubiera exigido una obra muy “cuidada” de maquillaje, se han elegido actores diferentes para su época de joven y de anciano.
La acción, casi siempre teatral, filmada en primeros planos, se desarrolla en interiores históricos, con una iluminación y coloridos muy logrados. El conjunto es ensalzado por un vestuario muy lujoso. Los exteriores tomados en planos largos, para expresar el desarrollo de muchos de los acontecimientos, se tratan más bien de una forma esquemática apoyados a menudo en documentos gráficos de la época. Un eficiente narrador, que es ni más ni menos que el veterano actor británico Michael Horden, subraya la acción adecuadamente.
En la serie, se nos presenta al joven Emperador Francisco José, monarca del Imperio Austrohúngaro, interpretado por el actor Miles Anderson, como un hombre jovial que desoyendo el consejo materno se casa con la jovencita Sissi, en lugar de con la hermana. Este personaje se va tornando melancólico y severo, en parte por los acontecimientos políticos en pugna con las ambiciones de Prusia, las continuas demandas independentistas de los nacionalistas húngaros y las intervenciones en los Balcanes. Además fue una persona muy desgraciada: muerte de su único hijo Rodolfo en Mayerling, asesinato de su sobrino Francisco Fernando de Austria y esposa en Sarajevo, fusilamiento de su hermano Maximiliano en Méjico por Juárez, y, finalmente, el asesinato de su esposa Sissi en Ginebra por un terrorista. La expresión de la cara de amargura del monarca en su vejez, la ha sabido reflejar con precisión y dramatismo, nadie mejor que el actor británico Laurence Naismith en la Serie.
Por otro lado, Alemania era un mosaico curioso de reinos y estados: Prusia, Sajonia, Baviera, etc. Uno de estos reinos, Prusia, con su monarca Guillermo I, ayudado por su primer ministro Otto Von Bismarck, interpretado por el actor Curd Jürgens, pertrechó con mano férrea y violenta, la derrota de Austria primero y Francia después, logrando la unificación alemana en un solo estado: proclamación de 1871 en la sala de los espejos del Palacio de Versalles.
A Guillermo I le sucedió el corto reinado de su hijo Federico III, casado con Victoria hija de la Reina Victoria del Reino Unido, por lo que se proclamó en 1888 al hijo de ambos, el joven Willy, como así le llamaba la inglesa.
El joven Emperador Guillermo II (Willy), es interpretado magistralmente por el actor Barry Foster, el inolvidable asesino de Frenesí (1972), Alfred Hitchcock. Memorable la escena en que discute con sus generales, sobre la mesa de trabajo, los planes a seguir: todo un Von Hindenburg (Marius Goring) o un Erich Ludendorf (Michael Bates) pegando un taconazo… ¡Sí Majestad!
Una de las primeras medidas de estado que toma Guillermo II, es despedir de un plumazo a Bismarck. Me recuerda otra página de la historia, en que el recién llegado a España, el joven Emperador Carlos I, despachando al Cardenal Cisneros …la Corona agradece sus servicios, pero su Eminencia está mejor en el Convento.
El carácter impulsivo de Willy y la situación explosiva de Europa, lo forzaron a intervenir junto con Austria-Hungría en el conflicto de los Balcanes que derivó inevitablemente en la Primera Guerra Mundial (1914-18). Este desastre que enfrentó, fundamentalmente, a los dos imperios de Europa Central (Austria-Hungría y Alemania), de un lado, y los aliados (Reino Unido, Francia, Rusia, Estados Unidos, etc.) del otro, concluyó con el desenlace ya conocido del destierro del Káiser: Tratado de Versalles de 1919 que puso fin a la contienda y preparó el caldo de cultivo para la otra caída: La caída de los dioses (1969), Luchino Visconti; Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1962), Vicente Minnelli.
(sigue sin spoiler)
Los que ya no somos tan jóvenes, tuvimos la suerte de seguirla en la programación que a finales de 1981 hizo Televisión Española en la dos. Aunque la BBC dedicó todos sus esfuerzos en la remasterización digital de muchas series históricas, también presentadas en España, como es el caso de las Seis Esposas de Enrique VIII y Elizabeth R, en versión castellana, no sucedió lo mismo con la que ahora nos ocupa en lo referente al idioma.
La caída de las Águilas, si bien se puede adquirir en DVD, sigue totalmente en inglés (una lástima). Algo parecido ocurrió con la excelente Eduardo VII, patrocinada por la ATV, que también fue emitida por Televisión Española a mediados de 1979.
Goza de una esmerada producción en la que no se han escatimado medios personales en dirección, guionistas y actores. La caracterización de actores se ha cuidado al máximo detalle, basta decir que para un mismo personaje, que por su longevidad histórica real, hubiera exigido una obra muy “cuidada” de maquillaje, se han elegido actores diferentes para su época de joven y de anciano.
La acción, casi siempre teatral, filmada en primeros planos, se desarrolla en interiores históricos, con una iluminación y coloridos muy logrados. El conjunto es ensalzado por un vestuario muy lujoso. Los exteriores tomados en planos largos, para expresar el desarrollo de muchos de los acontecimientos, se tratan más bien de una forma esquemática apoyados a menudo en documentos gráficos de la época. Un eficiente narrador, que es ni más ni menos que el veterano actor británico Michael Horden, subraya la acción adecuadamente.
En la serie, se nos presenta al joven Emperador Francisco José, monarca del Imperio Austrohúngaro, interpretado por el actor Miles Anderson, como un hombre jovial que desoyendo el consejo materno se casa con la jovencita Sissi, en lugar de con la hermana. Este personaje se va tornando melancólico y severo, en parte por los acontecimientos políticos en pugna con las ambiciones de Prusia, las continuas demandas independentistas de los nacionalistas húngaros y las intervenciones en los Balcanes. Además fue una persona muy desgraciada: muerte de su único hijo Rodolfo en Mayerling, asesinato de su sobrino Francisco Fernando de Austria y esposa en Sarajevo, fusilamiento de su hermano Maximiliano en Méjico por Juárez, y, finalmente, el asesinato de su esposa Sissi en Ginebra por un terrorista. La expresión de la cara de amargura del monarca en su vejez, la ha sabido reflejar con precisión y dramatismo, nadie mejor que el actor británico Laurence Naismith en la Serie.
Por otro lado, Alemania era un mosaico curioso de reinos y estados: Prusia, Sajonia, Baviera, etc. Uno de estos reinos, Prusia, con su monarca Guillermo I, ayudado por su primer ministro Otto Von Bismarck, interpretado por el actor Curd Jürgens, pertrechó con mano férrea y violenta, la derrota de Austria primero y Francia después, logrando la unificación alemana en un solo estado: proclamación de 1871 en la sala de los espejos del Palacio de Versalles.
A Guillermo I le sucedió el corto reinado de su hijo Federico III, casado con Victoria hija de la Reina Victoria del Reino Unido, por lo que se proclamó en 1888 al hijo de ambos, el joven Willy, como así le llamaba la inglesa.
El joven Emperador Guillermo II (Willy), es interpretado magistralmente por el actor Barry Foster, el inolvidable asesino de Frenesí (1972), Alfred Hitchcock. Memorable la escena en que discute con sus generales, sobre la mesa de trabajo, los planes a seguir: todo un Von Hindenburg (Marius Goring) o un Erich Ludendorf (Michael Bates) pegando un taconazo… ¡Sí Majestad!
Una de las primeras medidas de estado que toma Guillermo II, es despedir de un plumazo a Bismarck. Me recuerda otra página de la historia, en que el recién llegado a España, el joven Emperador Carlos I, despachando al Cardenal Cisneros …la Corona agradece sus servicios, pero su Eminencia está mejor en el Convento.
El carácter impulsivo de Willy y la situación explosiva de Europa, lo forzaron a intervenir junto con Austria-Hungría en el conflicto de los Balcanes que derivó inevitablemente en la Primera Guerra Mundial (1914-18). Este desastre que enfrentó, fundamentalmente, a los dos imperios de Europa Central (Austria-Hungría y Alemania), de un lado, y los aliados (Reino Unido, Francia, Rusia, Estados Unidos, etc.) del otro, concluyó con el desenlace ya conocido del destierro del Káiser: Tratado de Versalles de 1919 que puso fin a la contienda y preparó el caldo de cultivo para la otra caída: La caída de los dioses (1969), Luchino Visconti; Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1962), Vicente Minnelli.
(sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Tras la muerte del zar Alejandro III, le sucede su hijo Nicolás II que casi de inmediato contrae matrimonio con una nieta de la Reina Victoria, Alejandra (Alicia Victoria de Hesse), interpretada por la bellísima actriz Gayle Hunnicutt, muy popular por su participación en la serie Superagente 86 (1965-70).
El poder absoluto del zar, con una minoría de nobles, ausencia de la burguesía y una población de campesinos empobrecidos, unido todo a la inexperiencia del monarca, van a conformar el caldo de cultivo para la que se avecinaba. Las peticiones de mejoras salariales y las reformas políticas, cristalizan en acontecimientos muy graves en San Petersburgo, residencia del zar, con el “domingo sangriento” enero de 1905, alteraciones del orden público y amotinamientos, como el caso de la marinería del acorazado Potemkin.
Estos hechos obligan al poder a convocar las sucesivas “dumas” o parlamentos y establecer una monarquía parlamentaria más o menos controlada desde arriba. Pero también desde el punto de vista militar se sumó negativamente el desastre de la contienda ruso-japonesa (1904-1905), debilitando el espíritu de las tropas y la credibilidad en el zar.
Por otro lado, la entrada de Rusia en la Primera Guerra Mundial, al lado de los aliados en 1914, al principio con éxitos pero luego con fracasos continuados, más la grave situación de los recursos, obligan a Nicolás II a ponerse al frente de sus tropas. La zarina, en ausencia de su esposo, hace y deshace a su antojo, inducida por el monje curandero Rasputín, creyendo que salvaría a su hijo el zarévich de la enfermedad que padecía (hemofilia). Algunos miembros de la nobleza pensando que Rasputín era un peligro perpetraron su asesinato.
Se creó una situación insostenible, con deterioro acelerado de la figura del zar e impregnación de ideas revolucionarias en la mente del pueblo. El líder que en ese momento aglutina todas estas ideas es el revolucionario bolchevique Vladimir Ilich Uliánov, conocido como Lenin, tantas veces en el destierro o en la cárcel; eso sí ayudado por su propia esposa, y otros revolucionarios como León Trotski.
El Lenin interpretado eficientemente por Patrick Stewart, es presentado en el film como un actor de teatro, eso sí con fuerza dramática, declamando sus ideas ante sus compañeros o su esposa que más bien parece una testigo casi sin opinar.
Es así que la cuarta “duma” cede ante la presión incontenible de los revolucionarios. El gobierno provisional de Kerensky como revolucionario moderado, es sobrepasado. Es marzo de 1917, Nicolás II abdica de todos sus derechos y es detenido, sin oponer resistencia, cuando regresaba del campo de batalla. Es confinado junto a su familia a las afueras de la ciudad, ahora ya, Petrogrado. Después él y toda su familia son deportados a Tobolsk (Siberia).
Octubre de 1917, asalto al palacio de invierno, total triunfo de los bolcheviques dirigidos por Lenin que logra implantar la dictadura del proletariado, elevando su partido al poder. La fuga con éxito de Kerensky es el certificado de que la revolución ha triunfado.
Solamente quedaban dos actos finales:
Uno, la sangrienta Guerra Civil (1918-21) entre el nuevo gobierno bolchevique ayudado por el "ejército rojo" y los ex-militares zaristas "ejército blanco" apoyados por otras facciones y algunas potencias extrajeras. Y dos, ejecución del zar Nicolás II (1918) y toda su familia al completo.
El poder absoluto del zar, con una minoría de nobles, ausencia de la burguesía y una población de campesinos empobrecidos, unido todo a la inexperiencia del monarca, van a conformar el caldo de cultivo para la que se avecinaba. Las peticiones de mejoras salariales y las reformas políticas, cristalizan en acontecimientos muy graves en San Petersburgo, residencia del zar, con el “domingo sangriento” enero de 1905, alteraciones del orden público y amotinamientos, como el caso de la marinería del acorazado Potemkin.
Estos hechos obligan al poder a convocar las sucesivas “dumas” o parlamentos y establecer una monarquía parlamentaria más o menos controlada desde arriba. Pero también desde el punto de vista militar se sumó negativamente el desastre de la contienda ruso-japonesa (1904-1905), debilitando el espíritu de las tropas y la credibilidad en el zar.
Por otro lado, la entrada de Rusia en la Primera Guerra Mundial, al lado de los aliados en 1914, al principio con éxitos pero luego con fracasos continuados, más la grave situación de los recursos, obligan a Nicolás II a ponerse al frente de sus tropas. La zarina, en ausencia de su esposo, hace y deshace a su antojo, inducida por el monje curandero Rasputín, creyendo que salvaría a su hijo el zarévich de la enfermedad que padecía (hemofilia). Algunos miembros de la nobleza pensando que Rasputín era un peligro perpetraron su asesinato.
Se creó una situación insostenible, con deterioro acelerado de la figura del zar e impregnación de ideas revolucionarias en la mente del pueblo. El líder que en ese momento aglutina todas estas ideas es el revolucionario bolchevique Vladimir Ilich Uliánov, conocido como Lenin, tantas veces en el destierro o en la cárcel; eso sí ayudado por su propia esposa, y otros revolucionarios como León Trotski.
El Lenin interpretado eficientemente por Patrick Stewart, es presentado en el film como un actor de teatro, eso sí con fuerza dramática, declamando sus ideas ante sus compañeros o su esposa que más bien parece una testigo casi sin opinar.
Es así que la cuarta “duma” cede ante la presión incontenible de los revolucionarios. El gobierno provisional de Kerensky como revolucionario moderado, es sobrepasado. Es marzo de 1917, Nicolás II abdica de todos sus derechos y es detenido, sin oponer resistencia, cuando regresaba del campo de batalla. Es confinado junto a su familia a las afueras de la ciudad, ahora ya, Petrogrado. Después él y toda su familia son deportados a Tobolsk (Siberia).
Octubre de 1917, asalto al palacio de invierno, total triunfo de los bolcheviques dirigidos por Lenin que logra implantar la dictadura del proletariado, elevando su partido al poder. La fuga con éxito de Kerensky es el certificado de que la revolución ha triunfado.
Solamente quedaban dos actos finales:
Uno, la sangrienta Guerra Civil (1918-21) entre el nuevo gobierno bolchevique ayudado por el "ejército rojo" y los ex-militares zaristas "ejército blanco" apoyados por otras facciones y algunas potencias extrajeras. Y dos, ejecución del zar Nicolás II (1918) y toda su familia al completo.