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Voto de Reaccionario:
5
Comedia Orencio es un humilde joven que ayuda a su padre en un humilde negocio de un pueblecito castellano. Tiene novia, Angelita, y está muy enamorado de ella. Pero un día cae en manos de Vindemia, una joven algo ligera de cascos, que queda embarazada y que, posteriormente da a luz a cinco niños. Luego, Vindemia se casa con otro joven y se va a Suiza. Sin embargo, años después el superpotente de Orencio verá como la historia se repite de ... [+]
23 de noviembre de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia hispánica de un casi novato Fernando Esteso, que aquí realiza su tercera película, la segunda como protagonista. Por supuesto, estamos aún lejos del sonrojante cine del destape en el que se consagró como pareja artística de Andrés Parajes o viceversa pero también con Antonio Ozores como segundo o tercero de abordo en un puñado de títulos que es mejor olvidar. El caso es que lo que tenemos en una película que para la época era picante pero sin ser obscena, no hay desnudos ni nada parecido, de argumento algo disparatado y trama ligera que no se sabe a dónde va. Aún así tiene algunos puntos, mantiene la dignidad y nos permite reflexionar sobre cómo se veía en general la sexualidad en los últimos años del franquismo, más que 1975 el 1974, que es cuando se rodó "Virilidad a la española".

Entre otras ideas curiosas, como la de ligar la potencia sexual del hombre a su capacidad de engendrar, cosa que aún se defiende en diversas culturas, se pulveriza ese mito tan difundido según el cual la dictadura defendía un tipo de mujer asexuada, que ni debía tener ningún deseo erótico y menos aún experimentar cualquier gozo durante el acto. Pues bien, esto no se ha defendido en España ni en los años de la guerra porque sencillamente responde a una idea novedosa y foránea que nunca llegó a calar en las sociedades más atrasadas como era la nuestra. Otra cosa es que no se dijera abiertamente por pudor o por ejemplaridad pero en cuando se abre la mano, como sucede aquí, se plasma y se defiende la idea tradicional de la desbordante sexualidad femenina, ese "deleite al que toda mujer es merecedora", dicen.

Por otro lado, Francisco Lara Palop ya avisó en "Perversión" que era un amante de las botas, gracias amigo, y en esta ocasión se da y nos da un festín. Por este motivo, habrá que seguirlo en "El vicio y la virtud" (1974) y en "Las Protegidas" (1975), con las bellísimas Lynne Frederick y Ángela Molina respectivamente, puede ser histórico. Sea como fuere, aquí las tenemos de todos los colores y condiciones, desde las típicas setenteras, del 74, negras de plataforma de Josele Román a las blancas estilo gogo de las bailarinas, pasando por las más bajas de Eva León, a las más elegantes de Barbara Rey y Mónica Randall, o a las de alguna extra. Aún así, las mejores y más sexys son las de Conchita Goyanes, que curiosamente hace de la más paleta, unas negras de plataforma, por encima de la rodilla y con un taconazo increíble, tremendas.
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