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Zimbabwe Zimbabwe · Barcenorca
Voto de néstor:
9
Drama. Musical Película sobre los últimos años de Ian Curtis, el enigmático cantante de la banda Joy Division e icono del post-punk inglés, hasta su trágico suicidio en 1980. Cómo le afectó el dramático conflicto entre el gran amor que sentía por su esposa y la apasionada relación con su amante, sus ataques de epilepsia, su extraordinario talento y sus arrolladoras actuaciones en directo. Mención Especial en la Cámara de Oro, Premio de la Juventud y ... [+]
29 de mayo de 2009
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya hace más de un mes que vi esta película, he visto varias más desde entonces, pero "Control" no se me va de la cabeza.

Absorbente, profunda, biográfica, me transmitió unas sensaciones que quise comparar con la audición de un disco de Joy Division y "Closer" fue el elegido. Publicado dos meses después del suicidio de Ian Curtis, el CD me evoca cada uno de los planos, cada una de las miradas, cada una de las conversaciones que me sedujeron en el visionado de la impresionante cinta.

Como si se tratara de una de sus fotografías en blanco y negro, Anton Corbijn capta la génesis del mito de Joy Division, los inicios de esos jóvenes de Manchester que decidieron cantarle a la depresión en un ambiente pre thatcheriano, oscuro, punk e influenciados por Velvet Underground, Sex Pistols, David Bowie y demás genios.

A veces contarlo todo de un personaje es un poco peñazo en una película, supongo que al director le podría hacer más ilusión dejar volar un poquito la imaginación cual realismo mágico, pero Corbijn lo borda reflejando la vida de Ian Curtis con un estilo sobrio, oscuro y profundo que tan bien ha captado de las canciones de Joy Division.
Desde su inicio de chico inadaptado en el instituto, recorremos el periplo vital de Curtis como poeta maldito influenciado por la onda de los sesenta y setenta que ya terminaban, la irrupción del amor que le llevó a casarse con apenas 19 años, los primeros pasos en la banda, la aparición en la BBC de la mano de Tony Wilson (¡qué ganas tengo de ver "24 hours party people"!), el desgaste de su enfermedad, la neurosis que le atormentaba, el dramático final.

Merece la pena destacar las grandes interpretaciones de Sam Riley (casi debutante, impresionante su parecido con Ian Curtis), así como de Samantha Morton ejerciendo de esposa y transmitiendo la angustia de una mujer que ve cómo su marido se pierde, se aleja irremediablemente y el sufrimiento que causa en esa espiral autodestructiva.
La fotografía, como no podía ser de otra manera, es absolutamente perfecta, un blanco y negro que se te engancha al alma como si la niebla y los cigarrillos de los clubes de Manchester hubieran entrado en la sala de cine.

Y sigue sonando "Closer" en el reproductor y siguen viniéndome a la cabeza imágenes de la película. Ese baile semi espasmódico de Curtis en el escenario, ese asma que le ahogaba, esa angustia vital que no le dejaba vivir, esa infinita tristeza que transmitió en sus canciones, ese desgarro que canta mientras batería lo acompaña con su letanía, las guitarras distorsionan y el bajo retumba en el pecho... Os recomiendo encarecidamente esta película.
néstor
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