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Voto de néstor:
9
7,4
1.212
Drama
Después de ser abandonado por Irma (Alida Valli), Aldo (Steve Cochran) deja el trabajo y emprende un largo viaje por el norte de Italia. En su peregrinación conoce mujeres que comparten con él una sensación de inquietud y marginación: Elvia, una amiga resurgida del pasado, y la joven Virginia, que atiende una gasolinera y vive con su anciano padre en una oprimente soledad; Andreína, una prostituta que alberga, ingenuamente, la esperanza ... [+]
29 de agosto de 2011
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno ve y disfruta películas de la postguerra italiana. "El limpiabotas", "Ladrón de bicicletas"... le dejan a uno clavado en la butaca. Emoción, pasión algunas veces, sangre del sur que brota y anima historias muy tristes pero a la vez cargadas de humanidad. Caras tristes, curtidas, anónimas.
Después uno se pasea por la nouvelle vague, con películas a bote pronto correosas, que da algo de pereza verlas pero que a la que uno se zambulle en ellas acaban siendo una delicia en forma de conversaciones, pensamientos, imágenes. "Mi noche con Maud", por ejemplo. O los rostros de Anna Karina y Jean Seberg.
Y en esto que uno se encuentra con "El grito" y descubre una obra de arte en la que se combinan elementos de las dos escuelas: el humanismo, los desastres de la guerra vistos a la italiana, junto con la introspección, la soledad existencial francesa.
Un hombre prácticamente echado de casa que huye, huye adelante en busca de un algo que realmente está dejando atrás. Corre, viaja, escapa, intenta amar, pero infructuosamente: su corazón, su vida, su todo, solo puede verlo por el retrovisor.
Desconozco si hay películas de trazo similar. Leo que la escuela de Antonioni no tuvo demasiados discípulos. Sea como fuere, a mí me pareció un descubrimiento delicioso en que se hermanan las dos "esperanzas blancas" del cine europeo de los cincuenta: el neorrealismo italiano y la nouvelle vague francesa.
Te la recomiendo.
Después uno se pasea por la nouvelle vague, con películas a bote pronto correosas, que da algo de pereza verlas pero que a la que uno se zambulle en ellas acaban siendo una delicia en forma de conversaciones, pensamientos, imágenes. "Mi noche con Maud", por ejemplo. O los rostros de Anna Karina y Jean Seberg.
Y en esto que uno se encuentra con "El grito" y descubre una obra de arte en la que se combinan elementos de las dos escuelas: el humanismo, los desastres de la guerra vistos a la italiana, junto con la introspección, la soledad existencial francesa.
Un hombre prácticamente echado de casa que huye, huye adelante en busca de un algo que realmente está dejando atrás. Corre, viaja, escapa, intenta amar, pero infructuosamente: su corazón, su vida, su todo, solo puede verlo por el retrovisor.
Desconozco si hay películas de trazo similar. Leo que la escuela de Antonioni no tuvo demasiados discípulos. Sea como fuere, a mí me pareció un descubrimiento delicioso en que se hermanan las dos "esperanzas blancas" del cine europeo de los cincuenta: el neorrealismo italiano y la nouvelle vague francesa.
Te la recomiendo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Impresionantes las actuaciones: Steve Cochran ejerce con lucidez de padre, de hombre apaleado y de amante lleno de fantasmas internos. Como siempre, Betsy Blair está sublime.
La fotografía, banda sonora y montaje contribuyen a acentuar la sensación de desamparo del protagonista, huyendo dolorosamente hacia su propia destrucción.
La fotografía, banda sonora y montaje contribuyen a acentuar la sensación de desamparo del protagonista, huyendo dolorosamente hacia su propia destrucción.