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Voto de Sandro Fiorito:
8
Drama Crónica con formato semidocumental de la la difícil vida diaria de un brigada antidroga en una comisaría de París... El título hace referencia al número de la legislación francesa contra el tráfico de drogas. (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2010
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial entretenimiento ofrecido desde esta cinta en la que el espectador pasa a convertirse en uno de los elementos más importantes al sentirse parte integrante de la trama, pues esta película, dirigida por Bertrand Tavernier con guión de Michel Alexandre, parece tener el claro objetivo de querer involucrarnos en la rutina laboral de los agentes que componen una brigada policial de París.

No es una cinta policíaca al uso, de esas que hacen de la figura del agente un héroe casi sobrehumano, sino un retrato de la parte más realista y menos comentada en el cine de este sector. Aquí, los enemigos de la policía no son narcotraficantes cargados de cientos de kilos de heroína, ni peligrosas bandas de ladrones que saquean la ciudad o criminales que hacen de las calles un lugar de pánico; aquí, el principal enemigo es el propio gobierno francés, que mantiene a las autoridades policiales en un estado de máxima austeridad, desarrollando su labor en cochambrosas comisarías que ven la necesidad de ampliarse convirtiendo casetas de obra del exterior en improvisados despachos que albergarán brigadas como la de estupefacientes. Las falta de vehículos será otro de los grandes obstáculos de los agentes, que también demandarán hojas de papel para los informes, entre otras muchas cosas. Todos estos hechos hacen comprender la realidad policial desde un punto de vista auténtico, cercano, familiar, con toda una serie de personajes que no buscan lágrimas ni compasión en nadie, y que trabajan en un ambiente distendido, alegre y amigable, no exento de lógicos toques dramáticos que harán su obligada aparición en algunos de los momentos más tensos del conjunto del argumento.

Para poder contar todo esto, Bertrand Tavernier se sirve de la historia ficticia de un investigador de policía llamado Lucien “Lulu” Marguet (Didier Bezace), que tras campar sin mucho éxito por otras comisarías de las que es trasladado bien por indisciplina o tozudez de su jefe, bien por petición propia, termina instalándose en el lugar que le servirá para estabilizarse, la brigada de estupefacientes de una brigada policial parisina que tiene como sede una pequeña caseta de obra instalada en los exteriores de una comisaría que presenta un estado de abandono y caotismo que se aleja de lo que al cine nos tiene acostumbrados en beneficio del realismo más objetivo, pues aunque la cinta date del año 1992, la situación de la policía francesa sigue presentando varios problemas similares a los que se cuentan en Ley 627, teniendo réplica en otros cuerpos policiales europeos desfavorecidos por el Estado como por ejemplo, en España, la Guardia Civil o la Policía Nacional (no hay más que darse una vuelta por sus instalaciones para poder comprobar este dato).

< < < Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio > > >
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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