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España España · Barcelona
Voto de David MS:
5
Acción. Aventuras. Comedia. Fantástico Después de una larga racha de percances, decisiones erróneas y fracasos estrepitosos, los arqueólogos Max y Leo (Norris y Gossett) han decidido dejar su trabajo, pero se vuelven atrás cuando una bella mujer los contrata para buscar un tesoro azteca. Lo que ignoran es que un poderoso y vengativo espíritu sigue sus movimientos y, con tal de proteger el tesoro sagrado, no se detendrá ante nada. (FILMAFFINITY)
15 de febrero de 2014
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Cannon Films era una productora que triunfaba en los años ochenta, dirigida por dos primos israelís, Menahem Golam y Yoram Globus. Ofrecieron películas en casi todos los géneros pero se les recuerda y solo tuvieron frecuente éxito con uno, el cine de acción de bajo presupuesto; estas películas tenían en común un tono derechista que hacía que los protagonistas se enfrentaran contra enemigos extranjeros de divergentes ideas a las del gobierno americano época Reagan. La otra seña de estos films son estrellas dando sus últimos coletazos, y otras dando los primeros.

Colaboraron con Cannon Films actores como Michael Dudikoff, Sho Kosugi, Jean Claude Van Damme, Sylvester Stallone y sobre todo Charles Bronson y Chuck Norris. A este último la Cannon le produjo la trilogía Desaparecido en Combate, las dos de Delta Force, Invasión USA, El Héroe y el Terror, Hitman (como distribuidora) y El Templo del Oro.

Esta última la dirigió J. Lee Thompson (1914-2002), también habitual de la Cannon al haberles dirigido otra producción similar como Las Minas del Rey Salomón (1985) y muchos otros subproductos -casi todos con Charles Bronson-. Tampoco sería justo citar solo su última época, también es director de Los Cañones de Navarone, El Cabo del Terror y un par de secuelas de El Planeta de los Simios.

Como secundarios el ganador del Oscar, Lou Gosset Jr (por Oficial y Caballero), Melody Anderson (Flash Gordon), Will Sampson (1933-1987, Poltergeist), Sonny Landham (el indio de Depredador) y John Rhys Davies (Gimli en El Señor de los Anillos). Casi todos interpretando a personajes en busca de un tesoro que, valga la redundancia, se encuentra en un templo. No se estrujaron mucho la cabeza con el guión y se nota, pues El Templo del Oro solo cuenta los obstáculos que encuentra por el camino el trío protagónico (Norris, Gosset y Anderson) en dar con el paradero.

Casi todas las producciones de Chuck Norris pertenecen al más serio cine bélico o policiaco, y si estas películas parecen comedias muchas veces es por lo fácil que es reírse de ellas dadas su poca calidad y la cara y frases del amigo Chuck. En El Templo del Oro por una vez la comedia está integrada en la trama, y ésta tampoco va de matar a todo enemigo viviente de los USA (vietnamitas, cubanos, rusos, árabes y colombianos son solo algunas de sus víctimas). En este caso es una aventura bastante clasicota, exploitation de las películas de Indiana Jones.

Un cambio de registro que no sentó mal al barbudo actor; El Templo del Oro sin ser una buena película es una de las pocas que se puede ver de las que ha hecho. La trama es ligera y avanza bien porque la química Norris/Gosset Jr es divertida, y sus toques de humor son tan estúpidos que a veces hasta sacan una sonrisa. Para quien sea fan, no faltan las tortas habituales que da siempre, siguiendo la tónica habitual de su cine mamporrero, cuatro guantazos que acaban con unas mesas rotas y patadas voladoras a ras de suelo.
David MS
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