Sam Raimi creó uno de esos grandes clásicos del terror de los 80 con su aquí llamada “Posesión infernal”. La vi de pequeño y pasé muchísimo miedo, al tiempo que me fascinó. Es una película de culto en la que se demuestra que con talento se pueden hacer buenas cosas aun no teniendo un gran presupuesto.
La he vuelto a ver muchas veces, y siempre la he considerado de terror. No encuentro en ningún fotograma un solo momento de humor, aparte de la comedia involuntaria que puede llegar a producir ver esos efectos especiales tan arcaicos.
Pero luego todo cambió. En la segunda parte ya teníamos elementos de humor negro que salpicaban la historia, que en el fondo seguía siendo de miedo.
Y ya la tercera parte es una comedia pura y dura. Pero tenía un sentido del humor muy acertado. Además, como era de un viaje en el tiempo y se iba por la tangente de todo lo anterior, en realidad daba un poco igual y al final era un divertimento bastante efectivo.
Lo malo es que, con el paso de los años, ha pasado una de estas dos cosas: o a Sam Raimi se le ha ido la olla y su humor ya no es bueno, o bien yo me he hecho mayor y ya no me hace ni pizca de gracia este tipo de comedia.
Sea como sea, esto ya no me parece tan bueno como “El ejército de las tinieblas”, ni muchísimo menos.
Para empezar, esta serie es cómica pura y dura. Y como tal, su calidad es absolutamente subjetiva en función de cómo uno conecte con el humor y con la gracia que le haga.
Habiendo visto solamente el piloto de la serie, no me he reído en ningún momento, más bien he sentido vergüenza ajena, por tanto para mí es bastante mala y no hay que hablar más.
Ash me da un poco de coraje aquí. Con todo lo que ha pasado con el libro de marras, el muy idiota se fuma un porro y lee el conjuro, porque tiene el libro guardado de mala manera y ni siquiera en una caja fuerte. Por cierto, ¿no se destruyó el libro en películas anteriores? No me acuerdo ahora mismo pero tampoco tengo ganas de comprobar si hay esa incoherencia.
En esta serie los muertos tienen un maquillaje ridículo, como si no se tuviera en serio a sí misma, aunque luego hay otras escenas en las que sí parece que Sam Raimi se cree que está haciendo algo importante. Hay “gore”, pero está muy mal hecho teniendo en cuenta los medios que hay ahora.
Pero lo peor de todo es que no tiene gracia. Raimi ha tomado la dirección en el piloto, pero su estilo es el que ya tomó en la horrible “Arrástrame al infierno”, una pizca de terror pero con un humor extraordinariamente malo, lo cual no combina nada bien.
Parece una “sitcom” estúpida a la que solo le faltan las risas enlatadas. Tenemos diálogos de besugo y personajes patéticos como el de Pablo. Luego sale una muñeca dentuda parlanchina con voz de falsete y muy mal hecha por ordenador, y lo poco bueno que podría tener la serie se echa todo a perder por tamaña vergüenza ajena, viendo como la intenta matar a macetazos en plan escena de “El gordo y el flaco”.
El momento final del episodio piloto en la caravana con la vieja me recuerda al peor cine paródico de Robert Rodríguez. Ash parece una versión americana de “Machete”.
Bruce Campbell me da un poco de pena. Es un actor que no ha hecho casi nada destacable y que está estancado en este personaje. Ahora le dan la oportunidad de retomarlo y van y hacen esta bazofia.
No me gusta ni abandonar ni criticar una serie habiendo visto tan solamente el primer episodio, pero al mismo tiempo tengo clarísimo al 100% que no quiero seguir. Con pocas series lo he tenido tan claro como con esta.
Ahí se queda. Siempre me quedarán los videojuegos (que hay por lo menos tres).