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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Drama. Intriga. Cine negro Retrato de la alta sociedad francesa. Leda, la amante del señor Marcoux, es asesinada. Su familia prefiere dejar que la policía inculpe a un inocente que no pertenece al circulo familiar, pero el prometido de la hija de Marcoux no está de acuerdo. (FILMAFFINITY)
10 de julio de 2011
31 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una de las primeras películas (la segunda o la tercera) del realizador Claude Chabrol (1930-2010). Adapta la novela “The Key To Nicholas Street” (1952), del neoyorquino Stanley Ellin. Estrenado en Francia el 4-XII-1959, el film constituye una muestra destacada de la habilidad narrativa del autor y la atención preferente que presta a la construcción del relato. Sobresale el uso que hace del flashback y del flashforward, la presentación de escenas simultáneas vistas desde puntos de vista diferentes o contrapuestos, que sitúa en momentos diferentes de la narración.

Su condición de cinéfilo, le lleva a tomar de Buñuel y Truffaut adornos narrativos como la mirada reiterada a los pies, la gestualidad del andar, imágenes de animales que delatan la presencia de la irracionalidad (pavo real, mosca, peces), reflejos en espejos, la rotura de espejos como aviso de giros en el relato y confirmación de causas de hechos pasados o futuros. Por lo demás, exhibe una gran capacidad para el diseño de los movimientos de cámara y la composición de los encuadres. Sobresalen en este sentido dos escenas singulares: la huída de un personaje soberbiamente subrayada con un acelerado y grandilocuente desplazamiento de cámara y la división de la pantalla en dos secciones mediante la caña de una sombrilla que explica sin palabras el grado de separación que media entre un personaje y la pareja de la policía encargada de una investigación.

Focaliza la atención en la descripción de la mediocridad y la perversidad de la burguesía. La muestra indolente, envidiosa, desleal, agresiva, corrupta, autoritaria, clasista, egoísta, desquilibrada y obsesionada por las apariencias y la seguridad que proporciona la propiedad de medios de producción estables, como la tierra y su cultivo. Rodada en la campiña de Aix-en-Provence en mayo de 1959, la película enmarca la acción en un paisaje opulento y luminoso, que contempla desde perspectivas variadas con el propósito de cautivar la mirada del espectador y emular en color las visiones de la cámara impresionista de Jean Renoir.

Combina música e imágenes en descripciones coloristas, cálidas y de una gran frescura. Es acertada y muy grata la música minimalista de Paul Misraki, a la que encomienda funciones descriptivas y explicativas de escenas tan conseguidas como la inicial, que anticipa un crimen precedido y rodeado de violencia. Los cortes de “Romeo y Julieta”, de Héctor Berlioz, son sugerentes, oportunos y emocionantes. El fragmento de la sonata en mi bemol de Mozart aporta elementos de contraste y, a la vez, glosa el apego que siente el autor por la música de los grandes clásicos.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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