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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Bélico Durante la Guerra de Corea (1950-1953), un teniente norteamericano curtido en cien batallas intenta reunir a los supervivientes de su batallón y llevarlos al cuartel general. Por otra parte, un hostil y poco respetuoso sargento de otra compañía quiere conducir a su coronel, agotado por el combate, a un sitio seguro. (FILMAFFINITY)
31 de diciembre de 2006
26 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film de Anthony Mann ("Cimarrón", 1960). Se basa en la novela "Day Without End (Combat)" (1949), de Van Van Praag, que sitúa la acción en Normandía, en la IIGM. Se rodó en Bronson Caves (Griffith Park, LA), con un presupuesto de serie B. Los productores fueron Sidney Harmon y Anthony Mann (sin acreditar) y el estreno tuvo lugar el 19-III-1957 (EEUU).

La acción tiene lugar a lo largo de un día (6-IX-1950) de la Guerra de Corea. Narra la historia del teniente Benson (Robert Ryan), al mando del 2º pelotón de la compañía D del Ejército americano. Quedan aislado entre enemigos, sin comunicación con el mando. Benson ordena recorrer los 40 km que les separan de la colina 465, que debe estar ocupada por su compañía. En el camino encuentran al sargento Montana (Joseph R. Willomet) (Aldo Ray), que huye en un jepp con un coronel en estado catatónico (Robert Keith), al que quiere llevar a Virginia. Las diferencias entre Benson y Montana complican las dificutades de la operación.

La película es un drama bélico, de aires documentalistas, apoyado en un relato crudo y desgarrador. La acción evita artificiosidades, adornos y concesiones. Hace uso de una estética realista, que presta atención a los momentos de temor, miedo, terror y pánico de los soldados, sus reacciones naturales, su fatiga y extenuación, la camaradería y el coraje que demuestran, sus momentos de aturdimiento, desconcierto y descontrol, la muerte que les amenaza, la tensión que provoca un enemigo sanguinario, sigiloso, invisible y próximo. El teniente se irrita por la precipitación con la que el sargento Montana mata a presuntos enemigos, sin las debidas cautelas. En repetidas ocasiones ha de recordarle que los enemigos, también, son personas humanas. No se habla de ideales, no se justifica ni condena la guerra y no se enardecen los ánimos con patrioterismos. La jornada transcurre como un retazo de la vida de unos protagonistas, movidos sólo por el instinto de supervivencia, al límite de la resistencia física y emocional. El brillante realismo convierte la obra en antecedente de "Platoon", "La delgada linea roja", "Salvar al soldado Ryan", etc.

La música, de E. Bernstein ("Los siete magníficos", 1980), suma aires heroicos, tonos dramáticos, compases militares y melodías de grata inspiración popular coreana. Se divide en 10 temas, de los que sobresalen "Sounds of War", "Men in War" (con "Flowers for Kilian") y otros. La fotografía, de Ernest Haller ("Lo que el viento se llevó", 1939), en b/n, comienza con un espectacular barrido circular con aproximación final al radiotelegrafista. Añade planos picados y semipicados, una cuidada composición de imágenes, negros profundos en primeros términos y elementos singulares que enmarcan los encuadres, pasión por el detalle (reloj, rueda atascada, etc.). El guión trata de introducir al espectador en el mundo del relato. La interpretación es excelente, en especial las de Ryan, Ray y Keith. La dirección demuestra versatilidad y potenica narrativa.
Miquel
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