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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Cine negro. Thriller Cuando Kelly Sherwood, una joven empleada de banca, regresa a su domicilio en un barrio de San Francisco, es atacada por un desconocido que le exige que robe cien mil dólares del banco donde trabaja; si no cumple sus órdenes, asesinará a su hermana Toby. Aterrorizada, la joven se pone en contacto con el FBI, pero las pistas que aporta son muy escasas. (FILMAFFINITY)
16 de agosto de 2009
45 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable film policiaco de Blake Edwards (Oklahoma, 1922), poco conocido y en general infravalorado. El guión, de Gordon Gordon y Mildred Gordon, adapta su novela “Operation Terror” (1960), publicada en tres partes en “Ladies Home Journal” (septiembre, octubre y noviembre). Se rueda en escenarios reales de San Francisco (Candlestick Park, Saint Germanie Street, Golden Gate...) y en los Columbia Studios. Es nominado a un Globo de oro (actor secundario, Ross Martin). Producido por Blake Edwards para Columbia, se estrena el 13-IV-1962 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en San Francisco (CA), a lo largo de unos pocos días del invierno de 1962. Kelly Sherwood (Remick), de unos 22 años, empleada como cajera de una entidad bancaria, soltera, ordenada, pretendida por Dick (Mallory), un compañero del trabajo, vive sola con su hermana menor Toby (Powers), de 16 años, que estudia bachillerato y es novia de Dave (Evans), también estudiante. Kelly es seria, ordenada, juiciosa y responsable. Toby es alegre y extrovertida. Las dos hermanas se llevan muy bien y se profesan un gran afecto. El inspector del FBI que las ayuda, John “Rip” Ripley (Ford) es un profesional concienzudo, pero rutinario y de escaso talento.

El film suma policiaco, crimen, cine negro, misterio y thriller. El detonante y el móvil de la acción viene dado por el chantaje de que es víctima Kelly por parte de un desconocido fuerte físicamente y con problemas de asma. Se mueve con astucia, un alto nivel de información sobre sus víctimas y allegados y con antecedentes, según sus manifestaciones, de dos asesinatos previos. No deja pistas, no se encuentran indicios de su compleja personalidad y no se conocen sus móviles. Se cubre el rostro con gafas de sol oscuras, oculta la cabeza en la capucha de la trenca y, cuando conviene, se viste de mujer. El nudo dramático se asienta en la capacidad de ocultación del asesino chantajista, la ausencia de pistas, el trabajo rutinario del inspector del FBI, el desarrollo burocrático de su trabajo, la insuficiencia de sus métodos ante las iniciativas y la versatilidad que demuestra el criminal, el escaso talento del inspector Ripley como sabueso perspicaz y con capacidad de anticipación. Se asienta, además, en la gravedad de las amenazas y en la constatación de que las cumple con frialdad y ensañamiento.

El tono del relato es contenido, serio y amargo. Black Edwards, especialista en comedias y dado a edulcorar la situaciones comprometidas, mantiene en este caso una gran coherencia estilística. Crea situaciones de gran tensión, de intenso misterio y de terror franco, sin entretenerse en concesiones. Las imágenes que presenta del criminal y del almacén de pieles abandonado que tiene arrendado, son perturbadoras. Consigue situar el suspense de las secuencias culminantes en niveles escalofriantes: secuestro de una muchacha, retención de Kelly en el garaje de la casa, almacén de maniquís, perspectivas del estadio y otras.

(Sigue sin “spoilers”)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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