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Vanuatu · Tomando el sol en Arrakis
Voto de Palasaca:
Ciencia ficción
Sam, una adolescente, es una de las últimas supervivientes de una Tierra post-apocalíptica. Con el transbordador final programado para salir del planeta, Sam debe decidir si viajar al punto de lanzamiento y unirse al resto de la humanidad; o permanecer en la Tierra, y ser un náufrago en el único hogar que ha conocido. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2019
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una pena no poder poner un "0" a algunas películas que bien se lo merecen, y esta desde luego está entre ellas.
Es quizás una de las producciones más tontas, pueriles, aburridas, bobas y pretenciosas que hay en el catálogo de Netflix. De hecho, es de esas pelis que te hacen plantearte seriamente si merece la pena seguir pagando la suscripción mensual o si es mejor pasarte a las plataformas piratas de streaming o al torrent para ver lo que vale la pena.
En fin, a lo que vamos: que tres guionistas hayan tenido que intervenir para parir esta tontería da que pensar. En serio, ¿a ninguno se le pasó por la cabeza que el guión que estaban escribiendo no era más que una retahíla de sinsentidos? ¿O es que delegaron en sus hijos e hijas de 12 años la concepción del argumento y los diálogos? ¿Película de ciencia-ficción? Eso solo puede decirlo alguien que no haya visto ni leído ciencia-ficción en su vida. ¿Película intimista? ¿Es que acaso una historia intimista ha de ser un tostón? ¿Una película ecologista? Lo siento pero va a ser que no, a no ser que consideremos que una peli tiene un mensaje ecologísta porque salga un tío comiéndose una ensalada y porque una adolescente idiotizada (la protagonista) se quede mirando embobada un tiesto con calabazas en un invernadero y sufra por las abejas.
¿En serio piensa el director, Jonathan Helpert, que después de ésto algún productor con dos dedos de cerebro le va a contratar para algo más que para hacer un anuncio de detergentes? Porque es que no hay ni por dónde cogerla. En la "zona spoiler" sigo con el destrozo.
Es quizás una de las producciones más tontas, pueriles, aburridas, bobas y pretenciosas que hay en el catálogo de Netflix. De hecho, es de esas pelis que te hacen plantearte seriamente si merece la pena seguir pagando la suscripción mensual o si es mejor pasarte a las plataformas piratas de streaming o al torrent para ver lo que vale la pena.
En fin, a lo que vamos: que tres guionistas hayan tenido que intervenir para parir esta tontería da que pensar. En serio, ¿a ninguno se le pasó por la cabeza que el guión que estaban escribiendo no era más que una retahíla de sinsentidos? ¿O es que delegaron en sus hijos e hijas de 12 años la concepción del argumento y los diálogos? ¿Película de ciencia-ficción? Eso solo puede decirlo alguien que no haya visto ni leído ciencia-ficción en su vida. ¿Película intimista? ¿Es que acaso una historia intimista ha de ser un tostón? ¿Una película ecologista? Lo siento pero va a ser que no, a no ser que consideremos que una peli tiene un mensaje ecologísta porque salga un tío comiéndose una ensalada y porque una adolescente idiotizada (la protagonista) se quede mirando embobada un tiesto con calabazas en un invernadero y sufra por las abejas.
¿En serio piensa el director, Jonathan Helpert, que después de ésto algún productor con dos dedos de cerebro le va a contratar para algo más que para hacer un anuncio de detergentes? Porque es que no hay ni por dónde cogerla. En la "zona spoiler" sigo con el destrozo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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