Brillante incursión de Dani de la Torre en el cine comecial de gansteres en el contexto de la convulsa Barcelona de 1923, en la que los pistoleros patronales y anarquistas disputaban a tiros en un contexto de crisis militar (Marruecos), económica (el "boom" económico que supuso para España la I Guerra Mundial había terminado) y política (socialismo, conservadurismo, corrupción, miseria...) que no aspira a ser un relato fiel de la situación que se vivió en aquellos años (no hay película que lo sea) sino a contar una historia.
Y De la Torre la cuenta de maravilla, con un virtuosismo técnico que deja con la boca abierta en más de una ocasión (atentos al plano-secuencia de la entrada por primera vez de los policías en el cabaret, las recreaciones de las calles de Barcelona en planos generales, las escenas de acción, etc), con una factura de gran producción estadounidense, pues el director no se corta un pelo al mostrar claramente sus inspiraciones: "Los intocables de Elliot Ness", "El Padrino", etc.
Tal y como se ha dicho en otras críticas, el guión no profundiza en los personajes, pero es que entre tanto tiroteo y pelea no hay tiempo para ello. La historia daba para una miniserie y hay tiempo para lo que hay. La historia la sostienen un magnífico (como siembre) Luis Tosar y una estupenda Michelle Jenner, secundados por excelentes actores como Vicente Romero, Ernesto Alterio o Manolo Solo.
La película se pasa volando y deja un estupendo sabor de boca. Y hay que reconocerle al equipo técnico por su gran habilidad para "colar" escenas rodadas en localizaciones gallegas (el instituto Valle Iclán de Pontevedra -la comisaría-, el pazo de Lourizán, Monforte de Lemos, la costa...) como si fuesen la Barcelona de los años 20.