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España España · santiago de compostela
Voto de berenice:
7
Drama Dino, divorciado de su primera esposa, pasa una jornada con su hijo Robertino de ocho años durante la visita de esta a Roma. Sin apenas conocerse, se descubrirán mutuamente. (FILMAFFINITY)
15 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me dispongo a escribir algunas impresiones para nadie. Esta película no tiene votaciones, ni críticas, ni parece haberla visto nadie, ni los admiradores de otras películas de Risi la conocen.
La película, como tantas “de antes”, necesita cierta complicidad del espectador moderno para superar sus evidentes ingenuidades. Algunas pretendidas sutilezas con que podría seducir a los espectadores de 1964 pueden ser vistas hoy, fácilmente, como tontunas. Además, se da el hecho de que todo en ella es sencillísimo, todos los escenarios son cotidianos, (incluso amargamente cotidianos, como esa Roma suburbial que crecía, tan fea urbanísticamente; o esas playas desprovistas de glamour, refugio ya de la vulgar clase obrera, donde apenas se repara en el mar; y todo para apropiar el tratamiento visual a un relato que es, en el fondo, más agri que dulce). Hasta el lapso temporal es humilde, pocas horas de un mismo día.
Una vez asumidas esas objeciones, yo lloré con esta película. Creo que para llorar con ella se tienen que dar, al menos, dos de estas condiciones: hay que tener, desde luego, un hijo de edad similar al protagonista, estar más perdido en la vida que Adán en el día de la madre, haber veraneado en las playas de los setenta con "temazos" de verano y tener el cuerpo preparado, no se sabe muy bien por qué, para aceptar lo que viene.
Y lo que viene es, sobre todo, un maravilloso retrato infantil, obediente mas rebelde, despierto pero no impertinente; también un notable retrato de adulto perdedor. Y un contraste y encuentro entre esos dos seres tratado, en muchos tramos, con un pulso cinematográfico de maestro, huyendo de sensiblerías y destilando una agudeza que quizá no se aprecia a simple vista.
Como siempre en Risi, el retrato individual está inmerso en el universo romano e italiano, el cual funciona no como decorado de fondo, sino como espoleta de sentimientos, de recuerdos, de motivaciones íntimas… plasmado todo ello en certeras y breves pinceladas, (el encuentro en la escalera con un antiguo amor, la casa de la abuela, la playa…). Al final, por más que sabíamos por dónde venían los tiros y era impensable dejarnos sorprender, Risi nos la ha metido doblada y tenemos en la boca esa sensación entre una ternura infinita y un hastío y amargura invencibles.
Con encargarse Walter Chiari de realizar una magnífica composición del clásico golfo tierno y muy simple, la actuación con mayúsculas es la del insuperable Roberto Ciccolini, de las mejores que he visto jamás de un niño en una película.
El final, a pesar de su extremada sencillez, sin querer hacer nada grande en ningún momento, sin músicas grandilocuentes, grandes planos, etc, resulta absolutamente conmovedor
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
berenice
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