Es difícil el cine de Lucrecia Martel. Muchos lo llenan de elogios. Las peliculas estan bien realizadas. Las actuaciones estan muy bien. El contexto esta muy logrado y casi que nos sentimos en el lugar, pero...¡¡¡¡son insoportables!!!!
Tienen el maldito vicio de muchas películas de cine argentino, que es casi no darle importancia a los diálogos. Y esto casi al extremo. Si a uno le gusta ver actuaciones contundentes en las películas, es a traves de sus gestos, de sus expresiones, pero sobre todo por sus diálogos.
En gran parte del cine argentino que se autodenomina como "no comercial", pueden pasar diez minutos sin que nadie diga nada, y todo en la pantalla pase muy lento. Puede aparecer una persona mirando una costa, sin ninguna acción, durante varios minutos. Y eso, cansa. Y cuando aparece un diálogo, aparece como un sonido lejano, a veces ininteligible, como si fuera algo secundario. Como si lo que mas importara (y casi exclusivamente), fuera la imagen. Pero el cine es sonoro hace muchas décadas. Y eso hay que aprovecharlo. Sino, se pierde algo muy importante.
De la forma que esta filmada, mas que ver una pelicula, parece que uno esta viendo una sucesión de cuadros. Y que pasa muy lento.
Si sos de esos que te gusta el cine pretencioso, con imagenes contundentes, es para vos. Si te gusta que pase algo, que se diga, que tenga algo de movimiento, ni se te ocurra verla.