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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
10
Serie de TV. Comedia. Acción Un programa de pruebas y juegos donde unos 100 participantes intentaban superar varios obstáculos y juegos húmedos, sucios y salvajes. Su presentador principal era Takeshi Kitano y los participantes del concurso eran sometidos a pruebas de destreza, donde, en su mayoría, recibían golpes y sufrían caídas. Su objetivo era llegar al castillo de Takeshi, defendido por unas tropas un tanto pintorescas. El ganador de todas las pruebas recibía ... [+]
11 de agosto de 2019
30 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
No podré olvidar nunca este concurso de los domingos al mediodía. Me partía literalmente de risa, casi al mismo nivel que cuando veía la serie de bromas canadiense Just for laughs. Mi mujer me miraba extrañada, pelín fastidiada por verme reír sin poder comprender que es lo que me hacía gracia, en tal alto grado, ante tanta tontería, pero es que era sublime esa avalancha de seres impetuosos corriendo hacia a la victoria o hacia... su castigo.

El comportamiento de estos japoneses eran los propios de sus fanáticos soldados en la guerra, afrontar el desafío con el mayor valor para luego caer sin medir las consecuencias del golpe que se iban a dar, la mayoría de las veces inmediatamente después de saludar; y si superaban la prueba me imagino que alcanzarían íntimamente la inmortalidad pensando que Takeshi, y su banda de jueces, desde su Olimpo donde vigilaban, estarían dando signos de aprobación.

Estaba el presentador, con chaqueta a lo Elton John y un sable samurai para dar la orden de partida, y entonces los valientes concursante partían a la carrera, carrera en la que pronto las bajas se sucedían.

Varias eran las pruebas y no voy a relatarlas todas pero grandiosa era la que diversas puertas sobre unas pistas escondían trampas para acabar con el concursante (redes, agujeros llenos de barro...) Una de ellas era una pared de ladrillo. El concursante tenía que ir a la carrera eligiendo la pista en la que creyera que podría pasar. Si se topaba con la pared, la hostia era memorable, hasta rebotaba varios metros.

Y no hablemos del puente, que al intentar atravesarlo les disparaban pelotazos desde un cañón escondido para enviarlos al vacío. O la pista elevada circular sobre agua que en una plataforma tenían que ir salvando obstáculos. Las caídas incluían piruetas involuntarias y volteretas impensables. Todas las pruebas demostraban una gran imaginación y una puesta en marcha realmente original, inolvidable concurso, con un humor grandioso, igual con algo de sadomasoquismo por el hecho de reírse a costa de ver golpes, pero así era porque los concursantes disfrutaban.

Se le intentó imitar pero nunca fue superado.
floïd blue
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