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Voto de Victor M Lazaro:
9
Thriller El escritor Eddie Morra (Bradley Cooper) sufre una grave crisis de creatividad. Un día prueba una nueva droga que le permite sacar el máximo partido a sus facultades mentales. De este modo, consigue triunfar en Nueva York. Un poderoso magnate de Wall Street (Robert De Niro) siente una irreprimible curiosidad por averiguar qué se esconde detrás de tanto éxito. (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un juego de colores y formas, de imágenes distorsionadas, de luces y sombras, de palabras y pensamientos perfectamente trenzados. Cuatro quintas partes de nuestro cerebro no realizan sinapsis, se encuentran como esas naves industriales abandonadas, llenas de cables desconectados que se esparcen por suelo y techo configurando una red de caos, de colores apagados y polvo en suspensión que reina a sus anchas. Cuánto desconocemos todavía de nuestro cerebro es increíble, somos animales evolucionados y racionales que apenas si llegan a darse cuenta de lo que pasa a su alrededor y malgastan sus esfuerzos en conocer por lo que sucede a miles de millones de años luz. La película de Neil Burger (director de El Ilusionista y The Lucky Ones) permite observar hipotéticamente que clase de individuos seríamos si pudiéramos aprovechar todo nuestro potencial intelectual, y todo desde la perspectiva de la adicción a las drogas.

El guión de Leslie Dixon le da al personaje de Eddie Morra (Bradley Cooper) el aspecto de una especie de superhéroe drogadicto y algo obsesionado con la idea de llegar a ser alguien de importancia mundial. Esto implica tener a un protagonista con el que nos identificamos porque es humano, es decir, es egoísta y piensa en hacer lo que hace para su propio beneficio. Es frágil sin las droga y extremadamente calculador con ella. No obstante consigue adaptarse a su nueva situación, como si de Spiderman se tratase cuando es picado por la araña alcanza un estatus de megasabio que le permite acceder a cualquier rincón de su mente para enfrentarse a dispares situaciones, desde la compra de acciones bancarias hasta peleas callejeras. Si a todo esto lo acompañamos de un antagonista llamado Robert De Niro, entonces tenemos el cocktail casi perfecto.

Lo más destacable de la película de Burger es que nos presenta la historia de una forma novedosa y original, con escenas y secuencias repletas de imágenes trucadas que estimulan nuestro cortex visual de manera que nos transporta al film en varios momentos para en otros escupirnos de nuevo al asiento del cine. Las interpretaciones cumplen con nota, la fotografía se sale y los efectos especiales aunque puedan parecer muy efectistas reclaman nuestra atención perfectamente.

Deberíamos preguntarnos (cosa que incita la película) dos cosas: ¿realmente somos incapaces de ver lo que ocurre 288º a nuestro alrededor? y, ¿aceptaríamos una droga que nos facilitase aumentar nuestro rendimiento intelectual hasta el máximo? La primera pregunta tiene fácil respuesta, pues no sólo es que no podamos observar todo nuestro alrededor sino que de lo que observamos percibimos tan solo pedazos. Y la segunda pregunta que cada la responda mejor después de ver la película, yo aún tengo dudas.

En resumen, Sin Límites es una gran experiencia visual que por lo menos no hay que perderse, después que cada uno juzgue lo que le parece, yo con mi "cerebro de mosquito" le doy un nueve bien merecido.

Un saludo.
Victor M Lazaro
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