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Voto de pablo garcia del pino:
9
Drama Tres hermanas descubren que se conocen muy poco. Una de ellas, debido a su esterilidad, vive al margen de los hombres. Otra ha renunciado al trabajo y al amor. La tercera, hastiada de su insoportable vida cotidiana, ha intentado asesinar a su marido. (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2007
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El australiano Bruce Beresford acabó por someterse a la industria norteamericana. No se podía ir a contracorriente de los espacios más concretos e implacables que impone la comercialidad. Yo recuerdo su magnífica "El manto negro", que ganó el "Genie" (Oscar canadiense), cuya epopeya colonizadora en el Nuevo Mundo parecía tocada de un halo mágico, y que aquí nadie vio (y quien llegó a verla, prefirió ignorarla). En cuanto a "Crímenes del corazón", obra teatral, como es de rigor, debía pagar su obligado tributo cinematográfico. Pero no importa, porque Beresford, que fracasaría después con "El manto negro", echó mano de esta extraña pieza, casi de colección para todo amante de ciertas sobreactuaciones teatrales, y la dominó al completo. Su disciplinado talento nos sorprendió porque, lo que podría haber sido un guiñol caótico y mediocre (ya que sus intérpretes nos amenazan con vivir una de esas tan manoseadas historias esquizoides a la americana), una vez encauzado, se convirtió de pronto en un producto de lo más racionalizado. Sus neurastenias, que, por momentos, parecen englobarse en ese norteamericanismo, racista, intolerante y descerebrado, acabarán por sabernos a gloria. Y así amamos, y comprendemos, el porqué de estas señoritas, que no querrán formar parte de tanto estereotipo provinciano, y actuarán a lo largo de todo el film con una lógica individualista tan razonable para ciertos espectadores (director incluído) y tan deleznable para la mediocridad reinante en su mundo. Sissy Spacek, Diane Keaton y Jessica Lange, geniales actrices, representan uno de los festivales actorales más apetecibles de los que he visto en mi vida. La cámara juega con ellas, las mima, recorre esa casa cutre y naftalinada por la que ellas se mueven, recoge sus actos y diálogos estupendos sin aburrirnos jamás, y acaba convenciéndonos de que estamos asisitiendo a una obra digna de ser imperecedera. Ese final, con pastel de cumpleaños y el acompañamiento musical de una de las bandas sonoras más bellas jamás escritas para el cine como ésta del gran Georges Delerue, y con los grititos, comentarios y risas de estas tres prodigiosas mujeres (que a partir de aquí, tras su entrega total al film, se convierten en santas de nuestra devoción), es tan antológico, tan irrepetible, que, vista hoy, en efecto, pasa a convertirse en una auténtica obra de culto. "Crimenes del Corazón" consiguió realizar el milagro. No sé cómo sería en teatro. Pero en manos de Bruce Beresford, ahí queda, por los siglos de los siglos: un verdadero festival para todos los fans de Sissy, Diane y Jessica . Vedlas y agradecédselo, porque nunca volvieron a estar tan lúcidas, auténticas, y menos manoseadas (comercialmente) que en esta pieza imprescindible. Estoy seguro de que os divertiréis como nunca. ¡Vieja escuela teatral, al galope de la cámara cinematográfica, contagiosa y casi, casi, ¡hoy más que ayer!, genial!
pablo garcia del pino
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