Si quieres saber lo que se siente subido a un fórmula-1 de los 60, esta es tu película.
La película me gusta porque da detalles precisos de cómo se conducía en aquella época, para ello coloca cámaras en distintos lugares del coche. Además, hace un recorrido por los circuitos más famosos: Nurbürgring, Clermont-Ferran, Monza y, por supuesto, Mónaco. Sorprenden las medidas de seguridad de los coches: NULAS.

El argumento no es demasiado bueno, pero las carreras son reales y enseña los detalles de la conducción, ya que participaron pilotos profesionales en la realización (Fangio, Hill,...).

Es curioso como desde entonces no se ha hecho ninguna película de carreras que sea digna de consideración, estaría bien hacer una de la fórmula-1 o del mundial de rallies sin caer en heroísmos y mostrando el pilotaje desde dentro.

En casos especiales, de entre todas las películas buenas, malas y regulares que fagocito con la misma rutina que un hamster devora su comida, me encuentro con una película distinta, una película que no puede ser medida con los baremos convencionales.

Una de estos casos es El Tercer Hombre.

El Tercer Hombre no puede puntuarse como una película porque es otra cosa, es una sinfonía de imagen y sonido; una obra de arte con su propio tempo que abruma los sentidos del que tiene la suerte de paladear tan melódica cadencia. Y que se convierte en tostón, de los de aguardiente y estufa, para el resto de espectadores, esos que van al cine a ver y no a sentir, y que se dedican a sumar: Guión 6 + Música 7 + Actores 6,5 ... quizá por desconocimiento, quizá por falta de atrevimiento para dejarse llevar por la locura del séptimo arte.

Cabe destacar cómo muchas de las escenas de esta película fluyen acompañadas por la preciosa banda sonora que, a diferencia de la mayoría de películas, complementa a la imagen en la misma proporción que la imagen la complementa a ella, formando una relación de equidad en la que la luz baila con las sombras al son que marcan las notas.

A juzgar por la sinopsis, puede parecer una película un tanto absurda y que abusa de la fantasía para llenar los huecos que el propio guión deja. Sin embargo, no es así, la historia tiene coherencia de principio a fin, con interesantes reflexiones sobre el amor incluidas.
Además tiene toques de humor y las explicaciones de los cuadros no tienen desperdicio.

En resumen, no es una obra maestra, pero sí una película entretenida, fácil de ver y con una buena historia que contar.

P.D. La ví en su estreno en el Festival de Málaga y al terminar recibió los aplausos de la mayoría del público.

La película está bien hecha, la banda sonora es bastante buena, a veces las escenas parecen video-clips, como suele pasar en las películas de Sofia Coppola.
Pero es aburrida y lenta. El protagonista es un actor famoso de Hollywood, y quiere transmitir lo aburrido que es la vida esa (ferraris, fiestas, orgías,...). Si el objetivo de la hijísima es transmitir ese tedio, lo consigue :)